
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, exigirá junto a la canciller alemana, Angela Merkel, que la cumbre del G-20 que tendrá lugar en Londres el próximo 2 de abril sobre la crisis económica internacional adopte "decisiones estructurales".
"Si no se toman decisiones de esta naturaleza, con la gravedad de la crisis que se encuentra delante de nosotros, la gente se sublevará y tendrá razón", advirtió el mandatario galo durante una entrevista televisada para responder a las inquietudes de los franceses frente a la crisis.
Asimismo, se planteó la necesidad de revisar el sistema de hedge funds, la remuneración de los directivos en las instituciones financieras y los paraísos fiscales. "Queremos resultados", añadió tras avisar de que habrá que "plantear una serie de cuestiones" a países como Andorra, Mónaco y Luxemburgo.
"Una voluntad de cambio"
También confió en que el nuevo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, manifieste una "voluntad de cambio" y lidere el cambio. "EEUU son la primera potencia del mundo, pero con los problemas de hoy no van a venir a decirnos que todo va a continuar como antes. No es posible. La gravedad de la crisis debe llevarnos a cambiar profundamente nuestro comportamiento y nuestros métodos de acción", sentenció el presidente francés.
De paso, anunció que Obama visitará Francia a principios de abril pero no aclaró si será en el marco de los actos del 60 Aniversario de la Alianza Atlántica que tendrán lugar en Estrasburgo o si también visitará París.
El mandatario galo volvió a arremeter contra el sistema europeo que requiere la unanimidad para rebajar el IVA. "El sistema europeo no es el bueno", dijo, y reclamó un IVA reducido para los productos ecológicos, ámbito en el que dijo contar con el apoyo del ministro de Finanzas alemán.
Nuevas medidas en Francia
Sarkozy anunció también que en 2010 se suprimirá la tasa profesional para evitar deslocalizaciones y mantener la industria en Francia. El jefe del Estado galo admitió que es "normal" que los franceses estén preocupados porque la actual crisis es la peor vivida en un siglo y golpea "a todos los países a la vez y sin excepción".
No obstante, defendió la ayuda que el Estado ha destinado a salvar a los bancos porque no le ha costado "un céntimo de euro" a los contribuyentes y los intereses de los préstamos que volverán a las arcas del Estado, que evaluó en 1.400 millones de euros, se invertirán en medidas sociales.
Como en otras ocasiones, Sarkozy advirtió de que se continuará adelante con las reformas porque es la única manera de que Francia salga "más reforzada" de la crisis.
Una huelga general
La intervención de Sarkozy se produce justo una semana después de la gran movilización sindical que llevó a las calles francesas a más de un millón de personas para protestar por la gestión gubernamental de la crisis económica desatada hace ahora cuatro meses, una manifestación que fue bien vista por casi siete de cada diez franceses.
Sarkozy consideró entonces "legítimas" las preocupaciones expresadas por los ciudadanos pero dejó claro que no alteraría el ritmo de las reformas, por lo que su presencia en las pantallas televisivas se interpreta más como un ejercicio de pedagogía sobre las medidas adoptadas hasta ahora para hacer frente a la crisis que como una cesión a la presión sindical.
Baja su popularidad
El presidente galo sufre igualmente un duro castigo en su nivel de popularidad, que ha caído entre cinco y seis puntos en el último mes, especialmente entre los sectores más castigados por el deterioro de la economía. Más de la mitad de sus conciudadanos, el 55%, dice no confiar en él para afrontar los problemas del país.
En un contexto internacional muy degradado y con una situación nacional que se deteriora paulatinamente, muchos analistas dudan que los efectos del plan de relanzamiento económico por valor de 26.000 millones de euros se noten este año. Las últimas cifras del paro (217.000 desempleados más en 2008 que un año antes) y la continua revisión a la baja de las previsiones de crecimiento no hacen sino alimentar las hipótesis más pesimistas.