En España hay razones para el optimismo y para el pesimismo. El próximo duelo de semifinales de la Eurocopa ante Portugal tiene ingredientes que invitar a pensar en ambas direcciones. Cierto es que en el Mundial de 2010 los nuestros apearon a los lusos después de un buen partido en octavos de final. Sin embargo, apenas cinco meses después, 'La Roja' recibió una goleada rotunda liderada por un Cristiano Ronaldo espectacular. Aquel partido representa, para del Bosque, el mejor ejemplo de lo que le puede pasar a España. Aquel día, CR7 no sólo lideró a los suyos sino que, además, humilló a la campeona del mundo y especialmente a dos de sus rivales más enconados: Gerard Piqué y Sergio Busquets. | Especial Eurocopa
Todo ocurrió en noviembre, en el Estadio Da Luz de Lisboa, el feudo donde habitualmente juega como local el Benfica. Ante una grada desangelada, Portugal y España se veían las caras en un amistoso que tenía como objetivo promocionar la candidatura al Mundial Ibérico pero que, en realidad, escondía para los lusos un objetivo distinto: vengarse por lo sucedido en Sudáfrica. Y lo consiguieron.
El duelo acabó 4-1 y eso que la goleada pudo ser todavía mayor. Portugal gozó de tantas ocasiones, que incluso algunas crónicas hablaban en nuestro país vecino de oportunidad desperdiciada para endosar un histórico resultado a 'La Roja'.
Duelo con Piqué y Busquets
Uno de aquellos goles que pudo ser y no fue nació de las botas de Cristiano Ronaldo. Fue el inicio de la 'humillación' personal que infligió a Piqué y Busquets y que acabó en un duelo, patadas incluidas, que nada gustó a Vicente del Bosque.
El delantero del Real Madrid cogió la pelota por el costado izquierdo y, convertido en extremo, encaró a Piqué. Amagó con chutar, pero pisó la bola a tiempo de ver como el defensa culé acababa por los suelos. Chutó a puerta y la pelota acabó en la red, pero después de que Nani la remachara de cabeza en posición ilegal. Hubiera sido gol de todas formas, pero aquel gesto invalidó la acción y enfadó a Cristiano.
Pese a ello, CR7 siguió con su recital. Diez minutos más tarde, en una posición similar, encaró a Busquets y lo regateó usando la famosa 'elástica' que popularizó Ronaldo, el brasileño, ante Geni en una Supercopa de España. Es decir, amagar con la pelota a un costado para, rápidamente, dirigirla al lado opuesto.
El mediocentro español no pudo frenar a su rival. Cristiano chutó, Iker la rechazó, pero Martins enganchó el rebote y marcó el primero del partido. Dos años después, el portugués repitió regate ante otro viejo conocido. Altintop también probó las habilidades del delantero.
En el amistoso contra 'La Roja, la reacción de Busquets tuvo forma de venganza con una dura patada que luego le devolvió CR7. No fue un buen broche para un amistoso.
Aquellos dos gestos técnicos demostraron a Del Bosque que la fórmula usada en el Mundial es más que necesaria. Aquel día, en octavos de final, el sistema de ayudas fue simplemente perfecto. Cuando Cristiano salía de un regate tenía siempre a un rival como siguiente muralla, algo que, en Lisboa, en el amistoso, no sucedió.