España

Caso Fórum: llega la hora de las sanciones y las subastas

Sellos desaparecidos, comprados varias veces por la propia empresa; seguros inexistentes, incumplimientos de contratos con los clientes; proveedores fantasmas, revalorizaciones sin justificación. Éstas no son las claves de un futuro best-seller sobre corrupción, sino las del informe concursal sobre Fórum Filatélico. Más allá de la ficción.

Si el juez Senent Martínez, titular del juzgado Mercantil Número 7, acepta las sanciones propuestas por la administración concursal se iniciará el procedimiento para recuperar en lo posible el patrimonio desaparecido y se iniciarán las subastas, siguiendo el plan ya aprobado por el juzgado.

Los administradores judiciales de Fórum Filatélico creen que los antiguos gestores son culpables de la insolvencia y quieren que paguen los 2.259 millones de euros que constituyen el dinero invertido por los clientes que no aparece por ninguna parte. Por ello, han pedido al juez que les condene a devolverlos, además de que hagan frente a las indemnizaciones y gastos que correspondan.

"Fórum era de Llorca"

Sin embargo, la cosa no va a resultar nada sencilla, entre otras razones, porque se considera administrador de hecho de la filatélica a José Manuel Carlos Llorca, que no pertenecía al consejo de administración y que está desaparecido del mapa y nadie sabe dónde se esconde. El informe de calificación concursal afirma que "Fórum era de Llorca".

Este hombre está considerado como uno de los mayores blanqueadores de dinero del narcotráfico y del fraude financiero del mundo. Está en situación de busca y captura por el caso Fórum Filatélico y la Operación Malaya. En círculos policiales se sospecha que podría hallarse en Venezuela, país con el que España no tiene tratado de extradición.

Según la fiscalía, a solicitud de la Audiencia Nacional, Liechtenstein bloqueó en mayo pasado fondos por valor de 2,17 millones de euros de tres fundaciones a su nombre.

Responsabilidad mercantil no penal

En este proceso, para satisfacción de los clientes, no se hacen distinciones por la gravedad de las actuaciones, todos deberán responder por una parte proporcional exacta, y el resto de los acusados sí que están localizados por la justicia. Esto es así, porque al tratarse de un procedimiento de carácter mercantil no se juzgan actuaciones delictivas, sino si los consejeros cumplieron con su responsabilidad como administradores de la empresa. Se trata de una obligación que ningún administrador puede eludir alegando ignorancia y por ello, no pagarán de forma proporcional, atendiendo a sus responsabilidades.

En las actas de los consejos de administración de Fórum no consta ni un solo voto en contra ni tan siquiera una pregunta sobre el método de revalorización de los sellos, las adjudicaciones de carpetas a los clientes, los seguros, la identidad de las empresas que los vendían, ni las inversiones millonarias en inmuebles con el dinero destinado a los sellos.

Y todo ello, a pesar de que los administradores concursales consideran en su informe, que el negocio era inviable desde su inicio, puesto que no respondía a planeamientos económicos ni técnicos, sino a un negocio "lleno de anomalías". Se creó un mercado desconocido en el que se manipuló con facilidad la información, afirman.

El secreto de unos pocos

Todo el secreto del negocio consistía en llamar a los sellos "valores filatélicos", aportar ocultismo y opacidad al propio negocio como si se tratara de un secreto de sólo unos pocos, para así revalorizar los sellos según las necesidades de pagos que tuviesen que afrontar en cada momento. Cualquier persona que preguntara por el auténtico valor de la mercancía intermediada, era despachada con argumentos como el cumplimiento de las obligaciones en el pasado, poniendo énfasis en el lujo de la calidad de los sellos de Fórum y en la falta de conocimientos y experiencia del que formulaba su pregunta.

Se atrajo a personas que desconociesen el mercado y a los que mover a través de la confianza, tanto en el caso de las redes comerciales como de los clientes, puesto que se invertía por la fe en quienes ofrecían los valores filatélicos, no porque se entendiesen los mecanismos de la inversión.

Fórum era un negocio parafinanciero y "rarísimo", ya que sus responsables eludieron siempre y de forma premeditada el tutelaje de los diversos supervisores, se señala en el informe. A pesar de que captaban ahorro público, "jamás hubiera obtenido la autorización o ficha para operar por cuanto no cumplía los requisitos de nuestra legislación de supervisión".

Por tanto, exculpan de responsabilidad en esta situación, que duró demasiados años, a los supervisores. Es más, afirman que las contradicciones que se dan entre los informes de la CNMV, Banco de España o de la Dirección General de Seguros, cumplían con el cometido de reconocer simplemente que Fórum Filatélico no estaba bajo la supervisión de cada uno de los centros directivos, conclusión obvia por cuanto Fórum Filatélico nunca ha sido una compañía de crédito, compañía de seguros, institución de inversión colectiva, emisora de valores negociables, etc.".

No había seguros

Pero las irregularidades de la compañía no se quedaron únicamente en la elusión de la supervisión, sino que los incumplimientos fueron tan graves como que no se mantuviesen vigentes los seguros de daños, que eran el contravalor de los compromisos de la compañía. Es más, los ejecutivos de Fórum convencían a los clientes que pretendían llevarse a su casa los sellos que les correspondían por sus inversiones con la advertencia de que si algo les sucedía a los sellos no podrían recomprárselos y, por tanto, perderían su dinero. Según datos de la propia empresa, sólo el 0,1 por ciento de los clientes terminaba llevándose los sellos a su casa.

En la Estipulación Segunda del Contrato de Depósito que firmaba la clientela se decía que: "Los sellos depositados estarán asegurados, mediante póliza de daños suscrita con una compañía de seguros de reconocido prestigio, contra todo riesgo de pérdida material o daño". Desde que el asegurador denunció el contrato, los sellos no estaban asegurados. Los contratos de readquisición de lotes filatélicos, incumplieron, por tanto, las disposiciones legales y su publicidad fue engañosa.

Sellos desaparecidos

También dejaron de cumplir otro de sus grandes compromisos, como era la adjudicación de los sellos a cada uno de los inversores. De la documentación de la propia compañía se ha podido llegar a concluir, que se habían atribuido en los contratos a la clientela sellos por importe de 92,87 millones de valores, mientras que en las cámaras de la sede de José Abascal (Madrid) tan sólo se encontraron 71,29 millones de sellos en lotes adjudicados a la clientela.

Además, parte de la filatelia de las cámaras de la sede madrileña de Tutor estaba depositada por años completos sin adjudicación física individualizada a ningún cliente.

Los administradores concursales afirman que aunque las defensas de los antiguos gestores argumenten que se pensaba atribuir la filatelia pendiente de las cajas sin abrir, lo cierto es que toda ella estaba sin dar de alta. Como contraposición, había otros 7,46 millones de sellos en existencias, es decir, dentro de las cámaras, pendiente de asignar.

Por si no fueran graves las acusaciones, además, hay un déficit de 5,21 millones de sellos adjudicados a la clientela, que sencillamente no existen, ni están depositados en las cámaras, ni forman parte de las existencias, ni estaban por supuesto en las cajas de la sede de José Abascal.

Revalorizaciones ficticias

Ante la desaparición de ingentes cantidades de sellos, reflejados en la contabilidad, Hacienda llegó a interesarse en 2001. La respuesta que la empresa dio a la Inspección es que se habían destruido. Se trataba de sellos con unos valores elevados, lo que hacía suponer que eran piezas de gran calidad. Los administradores concursales, sin embargo, consideran que los sellos salían de las bodegas de Fórum Filatélico para ser recompradas a los proveedores nuevamente.

La administración concursal ha solicitado que se realice una auditoría antes del juicio verbal para saber el número de cajas de filatelia suministradas por proveedores filatélicos con un determinado número de referencia, que desaparecieron sin justificación contable y que luego han sido recompradas con otro número de referencia.

Y es en este punto en el que cobran protagonismo las empresas proveedores, que sirvieron para mantener una ficción de revalorización constante de los sellos, que no se correspondía con ningún valor objetivo de mercado, como estrategia para fidelizar clientes.

Una valoración desconocida

A día de hoy, los administradores concursales reconocen desconocer cómo se hacía la valoración por la que la filatelia valía 3.800 millones de euros. Muy seguramente, explican que estas revalorizaciones responden única y exclusivamente a los compromisos de pago de Fórum , que cada vez eran más grandes, y cuyos "importes no coinciden por casualidad".

La sobrevaloración ya fue confirmada judicialmente por la sentencia de 28 de enero de 2008, de la Audiencia Nacional, que concluye que puede atribuirse con todas las cautelas un valor liquidativo de 283 millones de euros, lo que suponía una sobrevaloración del 1.000 por ciento.

El caso de Spring Este es uno de los más reveladores de esta forma de actuar. Es el proveedor externo que factura los precios más elevados y en tan sólo 2005 y el corto periodo transcurrido en 2006 se convierte en el segundo proveedor por volumen de operaciones del periodo 2003 a 2006.

Su administrador era Pedro Ramón Rodríguez Sánchez, persona vinculada a Fórum , por cuanto fue director de Monfragüe Insurance LTD, sociedad participada por la concursada y encargada de gestionar el seguro de los valores filatélicos depositados en sus cámaras.

Posteriormente pasa a ser administradora de la misma Belén Gómez Carballo, secretaria de dirección de Fórum , considerada cómplice en el vaciado patrimonial por los administradores concursales. Ella abandonó Fórum para ponerse al frente de Spring Este, que según la fiscalía era controlada por el presidente y consejero delegado de Fórum , Francisco Briones Nieto.

Proveedores controlados

En los últimos cuatro años previos a la intervención judicial se habían comprado sellos por más de 333 millones de euros a un número reducido de proveedores con una alta concentración en cada uno de ellos.

Eran sociedades que tenían a Fórum Filatélico como único cliente, sin empleados, que en algunos se disolvieron tras la intervención y sin actividad comercial real. No ha sido posible contactar con ninguno de estos proveedores tras la declaración del concurso.

Se trataba de sociedades interpuestas a las que se pagaron cifras millonarias y que permitían cobrar sobreprecios y márgenes de intermediación sin ninguna justificación. Eran poco más que apartados de correos, gestionadas por sociedades dedicadas a la domiciliación de empresas. Así, los antiguos gestores disponían de albaranes con una doble contabilidad, la del proveedor real y la de la sociedad interpuesta, destaca el informe.

Del examen de una de ellas, Crimpen, se ponen de manifiesto unos ingresos muy importantes de Premium Stamp Brokers, cuya propiedad el fiscal atribuye a José Manuel Carlos Llorca Rodríguez.

Los ex gestores de Fórum Filatélico (Francisco Briones -presidente y consejero delegado-Miguel Ángel Hijón , Francisco José López Gilarte, Juan Macía y Agustín Fernández -consejeros-, así como el director general, Antonio Merino) ya han anunciado que se opondrán a ser declarados culpables de la insolvencia, pues sostienen que el déficit patrimonial surgió por causas ajenas a su gestión, al tiempo que se quejan de que los administradores judiciales les achacan hechos que todavía se investigan penalmente.

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