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El "Atila de América", el "dictador" que pasó a héroe nacional de Paraguay

Asunción, 1 mar (EFE).- Fue bautizado por sus enemigos como el "Atila de América", tachado de dictador y adalid de la barbarie; un relato histórico sin cabida en Paraguay, donde el mariscal Francisco Solano López (1826-1870) es celebrado como héroe nacional.

Ello gracias a un proceso de reivindicación que avanzó tras la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870), en la que López perdió la vida junto a cerca de la mitad de los paraguayos, quedando una relación de cuatro mujeres por hombre, atendiendo a los cálculos más aceptados por los investigadores.

De esa vindicación vendría la exaltación que se manifiesta cada 1 de marzo, declarado Día de los Héroes en memoria de López, quien como presidente de Paraguay dirigió la guerra que lo enfrentó a los Ejércitos de Brasil, Argentina y Uruguay.

Una contienda en la que López murió empuñando la espada en un desigual lance con los soldados brasileños que lo localizaron en el intrincado reducto de Cerro Corá, actual Parque Nacional.

Ese deceso, patriótico y romántico, fue una de las causas que elevarían su figura entre los paraguayos, aunque para sus detractores, López selló el sacrificio de todo un pueblo una vez que antepuso la muerte a la rendición.

Señalado por los países vencedores como el principal causante de esa guerra, y con ello del sufrimiento de su pueblo, al comienzo del conflicto López ya había sido marcado como el "Atila de América" por el presidente argentino, Bartolomé Mitre.

Sin embargo, López era uno más entre los déspotas ilustrados de la época, un caudillo supremo que hablaba varios idiomas y al que no se le niegan sus esfuerzos para desarrollar su país.

Pero en la propaganda bélica de argentinos y brasileños, el mariscal era la expresión de una barbarie que se enfrentaba a los propósitos civilizadores que esos países decían iban a implantar en el Río de la Plata, aunque Brasil era entonces un imperio esclavista.

Con ese discurso, Brasil, Argentina y Uruguay formaron una alianza que invadió Paraguay para derrocar a López, quien opuso resistencia durante seis años.

En realidad, fue una guerra en el tumultuoso marco geopolítico del Río de la Plata, envuelto en enfrentamientos entre caudillos y con Brasil en el papel de potencia.

"Los antecedentes de la guerra tienen que ver con la creación de los Estados nacionales en el Río de la Plata y la crispación en países como Argentina o Uruguay", dijo a Efe el historiador Fabián Chamorro.

La imagen de López como prototipo de tirano cruel quedó más aposentada al término de la guerra, cuando los vencedores formaron en Paraguay un Gobierno de "legionarios", como se denominó a los paraguayos que combatieron al mariscal.

Chamorro señaló que esa forma de contar la historia cambió a principios del siglo XX con historiadores nacionalistas que apelaron a una cuestión sentimental y buscaban un "héroe unificador" para un país donde estaban vivos los desastres de la guerra.

A partir de ahí, López ganó una segunda batalla en 1936, cuando el Gobierno del general Ricardo Franco le nombró Héroe Máximo de la Nación, lo que significó que como tal fuera estudiado en los textos escolares.

Otro escalón hacía los altares lo puso, según Chamorro, la corriente surgida en los años 70 entre la izquierda argentina, que presentó a López como el hombre que se enfrentó a una alianza que estaba empujada en la sombra por los intereses comerciales del Imperio Británico, algo en lo que no se ponen de acuerdo los historiadores.

Esa interpretación caló en la izquierda paraguaya, incluido el minoritario Partido Comunista, que también contempla a López como héroe nacional y bandera de una soberanía violada por la Triple Alianza.

López sigue vigente por tanto a la izquierda y derecha del arco político de Paraguay, representada por el conservador Partido Colorado, al frente del actual Gobierno.

El Gobierno celebró este viernes el Día de los Héroes en Cerro Corá, donde el 1 de marzo de 1870, a orillas del arroyo Aquidabán, pereció al mariscal.

El presidente paraguayo, Mario Abdo Benítez, tomó parte en el homenaje con una ofrenda a López y a todos los paraguayos caídos en aquella guerra.

Un homenaje que marcó la salida para el del próximo año, cuando se cumpla una cifra redonda: el 150 aniversario de la muerte de López.

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