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Cumbre internacional para tratar de resolver el conflicto en Congo

Una cumbre internacional reunida este viernes en Nairobi para abordar el conflicto en la República Democrática del Congo (RDC, ex Zaire) terminó con un llamado a un alto el fuego inmediato, y el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, advirtió que la crisis amenaza toda la región.

El viernes se produjeron nuevos combates entre la rebelión y las fuerzas regulares a unos 15 kilómetros al norte de Goma, capital de la provincia de Kivu Norte, epicentro de los enfrentamientos, según el portavoz militar de la Misión de la ONU en la RDC (MONUC), el teniente coronel Jean-Paul Dietrich.

El portavoz agregó que la MONUC y el ejército regular están negociando para poner fin a los combates.

Al menos 100 civiles han muerto desde la reanudación de los combates a finales de agosto en el este de la RDC, indicaron este viernes varias ONG's, entre ellas Human Rights Watch (HRW) y Oxfam, en un comunicado recibido en Kinshasa.

Según la ONU, unas 253.000 personas han tenido que huir de sus hogares en Kivu Norte desde septiembre.

"En tanto que dirigentes de África, tenéis una responsabilidad histórica. Es un momento crítico para la región de los Grandes Lagos, para África entera", dijo Ban Ki-Moon ante los jefes de Estado africanos que participaban en la cumbre, entre ellos el congoleño, Joseph Kabila, y el ruandés, Paul Kagame.

"Sólo a nivel político, aquí en vuestra región, pueden encontrarse soluciones duraderas", agregó Ban Ki-Moon, que advirtió de que el conflicto "podría extenderse a la subregión" de los Grandes Lagos.

"No puede haber solución militar a esta crisis", insistió.

La cumbre concluyó con un llamamiento a un "alto el fuego inmediato" de los grupos armados en Kivu Norte, a la apertura de un "corredor humanitario", al cumplimiento de acuerdos firmados en el pasado entre la RDC y la vecina Ruanda y a un refuerzo del mandato de la MONUC.

El respeto del alto el fuego y la apertura del corredor humanitario dependen mucho de los grupos armados de Kivu, ausentes de la cumbre de Nairobi, que la rebelión de Laurent Nkunda, el jefe rebelde tutsi calificó de antemano de inútil.

"Ha sido otra cumbre para nada", afirmó a AFP en Nairobi el portavoz de Nkunda, Bertrand Bisimwa.

La MONUC cuenta con 17.000 hombres, pero sólo tiene a unos centenares en la zona en conflicto.

La reforma de su mandato requiere el aval del Consejo de Seguridad.

La cumbre, convocada con carácter de urgencia, pretendía reavivar el diálogo entre Kabila y Kagame, a quien Kinshasa acusa de apoyar a los rebeldes. Sin embargo no se produjeron conversaciones directas.

En una reunión en Nairobi hace casi un año, Kinshasa y Kigali acordaron un plan para estabilizar el este de la RDC, que quedó en letra muerta.

Según el acuerdo, Kinshasa debía desarmar a los rebeldes hutus ruandeses buscados por el genocidio de 1994 en Ruanda de casi un millón de tutsis, y que operan en el este de la RDC, mientras que Kigali se comprometía a dejar de apoyar a los grupos armados activos en territorio congoleño.

El presidente en ejercicio de la Unión Africana (UA), el jefe de Estado tanzano Jakaya Kikwete, pidió el desarme de todos los grupos que operan en la zona, como los rebeldes de Nkunda, los hutus ruandeses activos en la RDC y la milicia progubernamental congoleña de los Mai-Mai.

Poco antes de la apertura de los debates en Nairobi, Kudura Kasongo, portavoz de Kabila, acusó a los rebeldes de Laurent Nkunda de haber perpetrado "matanzas" en Kivu, y denunció la inacción de la MONUC.

"Se han cometido matanzas y al parecer la MONUC no ha hecho nada", acusó Kasongo.

En defensa de la misión de la ONU, Ban Ki-Moon respondió que "la capacidad de la MONUC ha llegado a su límite, pese a los esfuerzos actuales por reconfigurar sus fuerzas, enfrentadas a grupos armados en todo el este de la RDC".

Además, un equipo de la MONUC acudió a Kiwanja (a 80 kilómetros al norte de Goma) para "verificar informaciones sobre las masacres", según la ONU.

El jueves, la organización de defensa de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) acusó a la rebelión y a los milicianos pro gubernamentales Mai Mai de haber matado "deliberadamente" a por lo menos 20 civiles en los combates en Kivu.

Por otro lado, el ejército congoleño arrebató a los rebeldes el control de Nyanzale, a 80 km al noroeste de Goma, que los hombres de Nkunda habían tomado el jueves.

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