Como estaba previsto, el diputado de Unión del Pueblo Navarro, Carlos Salvador, se ha abstenido en la votación de las enmiendas a la totalidad del proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado. El otro diputado, Santiago Cervera, ha roto la disciplina de UPN y ha votado con el PP, por lo que podría ser expulsado de la formación navarra.
De inmediato, y como se había anunciado, el Partido Popular ha dado por roto su acuerdo con UPN. La rigidez del PP en este asunto no es demasiado fácil de entender, ya que en su momento consintió hasta con agrado que UPN gobernara en solitario y en minoría la Comunidad Foral navarra gracias a la condescendencia del PSOE, que pudo haber ocupado el poder en alianza con Nafarroa Bai e Izquierda Unida. Obviamente, la actitud del PSOE obligaba a UPN a tratar a los socialistas con una consideración especial, aunque lógicamente siguieran existiendo las habituales distancias ideológicas.
El discurso del PP
En definitiva, si el PP no cambia su discurso, no tendrá más remedio que implantarse en Navarra, una tarea nada fácil que tendrá además un alto costo. Primero, porque el centro-derecha navarro, pilotado por Miguel Sanz, está muy unido en torno al líder, siendo los disidentes una exigua minoría. Segundo, porque la irrupción del PP en el escenario navarro facilita futuros pactos UPN-PSOE. Y, por último, porque el PSOE puede pescar a río revuelto y recuperar una envergadura hegemónica que perdió a causa de los estrepitosos casos de corrupción de los tiempos de Urralburu, Roldán y compañía.
Lo más sensato, en fin, sería que el PP tratara de salvar la situación y de recomponer los puentes con UPN. Pero se ha alzado demasiado la voz como para que esto sea posible a corto plazo. Y en todo caso es manifiesto que a la cúpula popular le ha faltado cintura para sortear este episodio, que es de menor cuantía y que representa de momento para el PP la pérdida de toda influencia en una comunidad autónoma relativamente pequeña pero de una importancia indiscutible en el establecimiento de los equilibrios estatales.
El PP rompe relaciones con UPN