
Madrid, 1 nov (EFE).- El economista Fernando Trías de Bes describe como "ortodoxamente correcta y socialmente durísima" la gestión económica del Gobierno del PP durante la legislatura, en la que cree que se ha puesto de manifiesto la obsesión por recaudar de un Estado que no es del todo eficiente frente al fraude fiscal.
En España "hay un problema de eficiencia enorme", sostiene el economista en una entrevista con EFE, ya que una familia media está sometida a una presión fiscal cercana al 70 % y "aún así no hay suficiente", lo que considera que resta legitimidad al Estado para cobrar impuestos.
Con motivo de la presentación de "El libro prohibido de la economía. Lo que las marcas, los bancos, las empresas, los gobiernos...no quieren que sepas" (Editorial Espasa), Trías de BES (BES.LI)denuncia la tergiversación de los instrumentos económicos que se produce tanto en el ámbito privado como en el público, aunque cree que en este último alcanza "cotas estratosféricas".
A lo largo del libro el autor hace un recorrido por los 126 conceptos que más se han manipulado en beneficio de empresas, financieros y políticos, entre ellos todo lo que tiene que ver con los impuestos.
"Estoy en contra de algunos impuestos que creo que no tienen ninguna razón de ser como el de patrimonio, sucesiones y las escalas de gravámenes progresivos", afirma el economista.
Trías de Bes rechaza la progresividad porque considera que la redistribución de la renta se tiene que dar a través del reparto del dinero y no estableciendo una escala de tipos que, a su juicio, desincentiva el que la gente trate de mejorar sus ingresos.
Según explica, en un sistema fiscal justo habría un único tipo sobre la renta (en torno al 20 %), que no sería muy alto, para evitar el fraude, ni tampoco muy bajo, para recaudar lo suficiente.
Asimismo, apuesta por que todos los gastos tengan algún tipo de deducibilidad para que "todo el mundo pidiera facturas de todo" y por los castigos ejemplares frente a la corrupción.
Por otro lado, desaconseja el ahorro en el momento actual, ya que considera que los tipos de interés no son un incentivo y porque está perseguido fiscalmente con impuestos como el de patrimonio que "grava lo que queda después de haber pagado todos los impuestos".
El libro, ganador del Premio Espasa 2015, es una suerte de manual sobre cómo enfrentarse a la letra pequeña, donde procura que el consumidor conozca las herramientas con las que las marcas o la banca van a tratar de seducirlo.
En él hace un llamamiento para que se cuestionen las ideas establecidas, entre ellas, la del crecimiento económico, un término que recuerda que solo incluye la producción y los servicios y en el que cree que sería interesante incorporar otros elementos como los medioambientales o las enfermedades.
"Hay que decir basta", afirma, para que el ciudadano pueda defenderse de la manipulación de la economía, y añade que es necesario una cultura básica de lo que suponen las relaciones comerciales y financieras, además de una regulación y sanciones efectivas.
Mediante la comparación de las versiones oficiales y "prohibidas" de los términos económicos, el libro persigue desvelar "el juego" que ha llevado a la sociedad a sentirse engañada por la economía que "se ha estado utilizando de forma indebida".