España

Mas irá al 'Parlament' a poner orden tras un verano lleno de polémicas

Artur Mas, en un mitin reciente. Imagen: EFE

Las vacaciones de Artur Mas han sido breves a la par que convulsas. Después de convocar elecciones y hacer su balance de legislatura anunció que se retiraría unos días hasta la vuelta del curso político. Un curso que se prevé como el más ajetreado y decisivo de la historia reciente catalana.

Desde la costera población menorquina de Fornells, Mas ha tenido que aguantar un desfile incesante de contradicciones y polémicas surgidas entre los miembros de su candidatura Junts pel Sí. De hecho, aunque el miércoles comparecerá en el Parlament, teóricamente, para esclarecer los recovecos de las próximas elecciones, uno de los objetivos será volver a poner orden a veinte días de los comicios.

Se podría decir que a Mas le han crecido los enanos y que juntar personalidades tan dispares y de tan diferente signo le ha pasado factura. El primero fue el número uno de su candidatura, el ex europarlamentario ecosocialista, Raül Romeva, que llegó a afirmar hasta en dos ocasiones que Mas no tenía porqué ser presidente si ganaban las elecciones.

Afirmaciones desmentidas en primer lugar por la vicepresidenta Neus Munté y en segundo por él mismo vía twitter. La puesta en duda de Romeva sobre quién presidiría el nuevo govern fue una de las salidas de tono que el entorno de Convergència no dudó ni un ápice en condenar, puesto que la condición de que Mas sea presidente es, en palabras del líder del otro partido independentista CUP Antonio Baños, el "chantaje" con el que se extorsionó al presidente de Esquerra Republicana Oriol Junqueras y a las entidades independentistas para convocar comicios.

Junqueras alza la voz

Que la relación entre Junqueras y Mas no es la idónea es un hecho fehaciente que no tiene lugar a dudas, lo reconoció el republicano en una entrevista a Tv3 cuando omitió responder si "se fiaba" de Mas.

En los días posteriores, Junqueras aseguraba que se sentía más próximo a las políticas sociales de la CUP, algo que hizo especular con un posible frente de izquierdas con Podemos y su candidatura Catalunya si que es pot.

A estas desavenencias se sumaron declaraciones estridentes como la de la actriz que va en la lista de Mas, Montserrat Carulla, al afirmar que la migración de los años sesenta la envió Franco "para diluir la cultura catalana".

Después, en una concepción pancatalanista de los denominados Països Catalans, el conseller de Justicia, Germà Gordò, invitó a que valencianos, baleares y aragoneses pudiesen tener también nacionalidad catalana. Algo que rápidamente reprobaron los presidentes de dichas comunidades.

A esto, se sumó la alarma que suscitaron las declaraciones de la ANC al asegurar que Cataluña quedaría "transitoriamente" fuera de la UE, palabras que han llevado al extremo el nerviosismo de Mas y su séquito.

Como anécdota queda el fichaje de la periodista Karmele Marchante por Catalunya Ràdio tras unirse a la campaña de Mas para lograr el voto de los castellanoparlantes indecisos.

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