España

Sanidad sólo tratará a los enfermos graves de hepatitis C para ahorrarse 500 millones

Alfonso Alonso. Imagen: Efe

El Ministerio de Sanidad ha tenido que preparar una estrategia de ahorro para poder hacer frente al vendaval económico que le ha supuesto la llegada al mercado de los nuevos fármacos para tratar la hepatitis C. Sanidad sabía que no puede tratar a los 30.000 pacientes graves de hepatitis C con los nuevos fármacos. Hay que recordar que la curación de esta enfermedad, por el momento, no se logra con un solo medicamento por muy eficaz que este sea, siendo la combinación de al menos dos para la curación.

El coste de tratar a todos los enfermos sería de 800 millones de euros al año, el 5 por ciento de todo el gasto farmacéutico. Los tratamientos llegarán a los más graves, unos 6.000 afectados, lo que finalmente tendrá un coste de unos 300 millones al año gracias a la estrategia de dilación de la financiación del fármaco, que estaba en cartera desde hace un año.

La hepatitis C se convirtió en la enfermedad más mediática de 2014 y tiene visos de continuar su historia en este 2015. Las noticias a mitad del año pasado sobre la llegada de nuevos fármacos para tratar esta patología, con unas tasas de curación superiores al 90 por ciento, despertaron una expectación pocas veces conocida en el sector sanitario. Sin embargo, las exageraciones y los intereses cruzados han convertido en una polémica interminable lo que debería ser una gran noticia: que por primera vez en años una enfermedad mortal puede ser curada.

Esta historia comienza en nuestro país en el mes de junio cuando se conoce que el Ministerio de Sanidad -entonces con la ministra Ana Mato y la secretaria general Pilar Farjas a la cabeza y hoy relevadas- llevaba cuatro meses intentando que la farmacéutica estadounidense Gilead rebajase el precio de su fármaco para la hepatitis C para poder financiarlo. El medicamento, denominado Sovaldi, fue aprobado en toda Europa en el mes de enero al haber demostrado en los estudios científicos tener una eficacia superior al 90 por ciento en los pacientes graves de hepatitis C. Sin embargo, su precio, casi 17.000 euros la caja de 24 comprimidos, era considerado excesivo para el departamento de Ana Mato. Y es que las cuentas se le disparaban al Ministerio con este fármaco. Un paciente necesita al menos un tratamiento de 12 semanas con este medicamento, lo que eleva la factura a 60.000 euros. Y en muchos casos, según los especialistas, la duración del mismo deberá ser de 24 semanas, lo que dispara el coste a más de 100.000 euros por paciente. No es la primera vez que las autoridades sanitarias se encuentran con un nuevo medicamento de gran eficacia pero de muy alto precio en los últimos años. Sin embargo, estos fármacos suelen ir dirigidos a enfermedades poco comunes y diversos tipos de cáncer con no demasiados pacientes. Sin embargo, la hepatitis C es una infección que afecta a una gran parte de la población, por lo que el problema del coste de sus fármacos es un quebradero de cabeza con los presupuestos actuales en farmacia.

En España se estima que hay actualmente unas 900.000 personas con hepatitis C, aunque diagnosticados solamente unos 45.000. Los médicos consideran que los casos que realmente necesitarían ya este tratamiento podría rondar los 7.000 pacientes. En este caso, el Ministerio de Sanidad debería desembolsar unos 500 millones de euros al año para un sólo fármaco, una cifra que descuadraría el presupuesto.

Paso al 'plan b'

En ese momento, los responsables del Ministerio pasaron a un plan b. La estrategia pasaba por seguir negociando una rebaja de precio con Gilead, pero a la vez aprovechar la llegada de otro fármaco para la hepatitis al mercado, el de Janssen, denominado Olysio, con una eficacia menor pero parecida a la de Sovaldi. Las negociaciones con la filial de Johnson&Johnson fueron menos complicadas. La compañía sabía que tenía que aprovechar los meses hasta la llegada de Sovaldi para poder rentabilizar su fármaco, por lo que llegó a un acuerdo de techo máximo de gasto con el Ministerio para su financiación. En este caso, la compañía se comprometió a cubrir los costes del tratamiento cuando éstos sean mayores al presupuesto fijado por el Ministerio.

Sin embargo, el problema continuaba y la bola seguía creciendo. Hasta que por fin, el 25 de septiembre, la entonces ministra Ana Mato anunció en Santiago de Compostela -a pocos minutos de reunirse con los consejeros de Sanidad, que desconocían la noticia- el acuerdo para aprobar Sovaldi. Con una rebaja del 60 por ciento. De 60.000 a 25.000 euros.

El Ministerio anunció entonces una partida de 125 millones para sufragar su gasto hasta final de año. La patata caliente ha pasado ahora a las comunidades autónomas, las que tienen que asumir finalmente el coste del tratamiento. Una vez aprobada su inclusión en el sistema público, el fármaco será prescrito para el grupo de pacientes definido por el Informe de Posicionamiento Terapéutico (IPT) donde se han establecido los criterios restrictivos para su uso.

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