España

La caída de la prima de riesgo genera al Seguro 13.000 millones de plusvalías

El escenario de tipos históricamente bajos alienta la idea de que las aseguradoras tenderán a reducir su gruesa exposición en deuda soberana en favor de activos con mejores expectativas de cosechar rentabilidades.

Sin embargo la últimas estadísticas apuntan en la dirección contraria. La cartera de inversión de la industria en renta fija pública engorda en nada menos que 13.176,45 millones de euros o un 13,7 por ciento en el corto paréntesis de seis meses por nuevas tomas de posiciones y, sobre todo, gracias a la relajación de la prima de riesgo.

El valor de los títulos soberanos en su poder ha escalado desde 90.215 millones al cierre de 2013 hasta casi 108.781 millones el pasado mes de junio, según datos de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones. Y el grueso, unos 90.000 millones, se encontraban en marzo -últimos datos detallados por Unespa- exclusivamente en letras, obligaciones y bonos públicos españoles.

Las aseguradoras, tradicionales financiadoras del Tesoro, compraron deuda a manos llenas durante la crisis. Su exposición se duplica desde 2008, aprovechando que el cupón marcaba máximos. En julio de 2012, el bono a diez años, abundante en las carteras, alcanzó el 7,6 por ciento de rentabilidad, con la prima de riesgo disparada por encima de los 600 puntos básicos, en pleno ataque al soberano y con el temor a la ruptura del euro.

Dos años después, ese interés cae al 2,66 por ciento y la prima de riesgo llega a desplomarse por debajo de los 119 puntos.

Escenario desafiante

A futuro, como el mismo sector reconoce, este escenario es desafiante por la dificultad para encontrar activos conservadores donde lograr rentabilidades para replicarlas en sus productos. Pero a foto fija el aplanamiento de la curva ha aflorado cuantiosas plusvalías latentes, al igual que ocurrió con la banca. Muchos bancos y antiguas cajas las han materializado con fuerza para sujetar en los últimos años unos resultados lastrados por saneamientos.

En el seguro es menos esperable un aprovechamiento tan intenso dado que sus inversiones corresponden a los activos que garantizan a sus clientes asegurados el pago de prestaciones, beneficios o anualidades, por lo que están condicionadas. Sin embargo, en fuentes del sector no descartan que puedan monetizarse algunas ganancias, mientras adaptan la cartera.

El destino de su inversión se encuentra fuertemente regulado, en la medida que deben garantizar la cobertura de dichos compromisos aseguradores, por eso, la industria arriesga poco.

De los 271.614 millones totales en inversión a finales de junio, apenas un 5,56 por ciento -15.105 millones- se encontraban en renta variable. Con la caída a plomo de la rentabilidad de los depósitos, el seguro ha reducido su exposición a este activo y la partida de depósitos y tesorería apenas supone un 11,29 por ciento, frente al casi 18 por ciento que representaba cuando retribuían al 4 por ciento en 2012.

La hucha en imposiciones se ha reducido desde los 42.490 millones máximos que tenían hace un año y medio a 30.668 millones. Casi un 67 por ciento es ahora renta fija pública y privada -alcanza un total de 181.855 millones- y otro 3,88 por ciento, equivalente a unos 10.542 millones, se encuentra invertido en inmuebles, una de las partidas más estables en toda la serie histórica en el sector.

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