España

La rentabilidad que saca la banca por los créditos cae a mínimos históricos

La actividad de la banca en su negocio doméstico no está aún exento de problemas. Sólo la radical bajada de la remuneración de los depósitos sustenta una tímida mejora en el margen de las operaciones de las entidades con sus clientes, mientras la rentabilidad que obtienen por los créditos continúa en descenso, hasta marcar en el tercer trimestre de este año el porcentaje más bajo de la serie histórica registrada por el Banco de España, que se remonta hasta el año 1971.

Según los últimos datos del supervisor, a cierre de septiembre la rentabilidad media de las operaciones activas, cuyo principal componente son los créditos, se situó en el 2,205%, cuatro puntos básicos menos que en el trimestre anterior y 24 menos que en idéntico trimestre del pasado ejercicio. La causa no es otra que los tipos de interés históricamente bajos de la eurozona, que estrechan el margen que las entidades pueden obtener con sus préstamos.

Además, si se observa lo que suponen los productos financieros en la cuenta de resultados de las entidades en relación a su tamaño, se ve que su peso también se reduce a porcentajes sin precedentes, hasta situarse en poco más del 2% del balance.

Esta caída se explica por la reducción de sus carteras crediticias, ya que los nuevos préstamos, aunque alcanzan volúmenes mayores a los del año pasado, aún son insuficientes para hacer crecer la cartera total, ya que amortizaciones y traspaso a fallidos aún suponen un volumen mayor que las concesiones.

Los créditos que concede la banca, por tanto, le suponen un menor rendimiento, y aún no puede compensarlo, para hacer subir los ingresos, con un mayor volumen de negocio crediticio.

Esta debilidad no desaparecerá hasta que haya un aumento mayor del flujo del crédito, por lo que no es de extrañar que las entidades se vuelquen en atraer a pymes, el segmento prioritario, y familias. Sin embargo, la demanda solvente, la que buscan las entidades financieras, no repuntará hasta que el entorno económico mejore. Un círculo vicioso, ya que la banca también es necesario para apuntalar la recuperación, que aún no ha conseguido romperse.

La mayor estabilidad de los resultados de las entidades, que registra beneficios en España en seis de los últimos siete trimestres, no se basa pues en una mayor actividad del negocio, sino en el ahorro de costes que aplica.

La bajada en la remuneración de los depósitos bancarios es la gran baza de las entidades para contrarrestar los menores ingresos por préstamos.

Así, el coste de las operaciones pasivas se redujo en el tercer trimestre hasta 1,348%, un nuevo mínimo. Hace sólo un año, esta media se situaba en 1,628%. Este descenso se explica por la remuneración que ofrecen por los nuevos depósitos, que ha bajado en este periodo del 1,74% de media para hogares, en septiembre de 2013, a 0,81% en idéntico mes de este año. En empresas, la media se sitúo en el noveno mes en 0,62%, mientras un año antes se pagaban a 1,37%.

Este recorte, que se ha traducido en un ahorro de unos 8.000 millones en los últimos doce meses, posibilita que el margen entre la rentabilidad de sus créditos y el coste de sus depósitos mejore en este tercer trimestre y les aleje de los mínimos marcados al final del pasado ejercicio.

Así, si a final de 2013, esta diferencia era de sólo un 0,8%, y después de crecer mínimamente en el primero y segundo trimestre de 2014, en el tercero, sube hasta 0,857%, casi seis puntos básicos que permite a la banca mejorar algo su margen de intereses.

Así, y después de tener durante siete trimestres consecutivos un margen de intereses de menos del 1 por ciento de su balance, en septiembre su peso sube a 1,022% del mismo.

En números absolutos, asciende a 6.813 millones, un 2,4% respecto al trimestre anterior, si bien aún muy alejado, en el acumulado anual, del obtenido en el pasado ejercicio.

En este tercer trimestre, además de unos menores costes financieros, la banca ha sustentado sus beneficios en el negocio doméstico en unas menores necesidades de provisiones y pérdidas por deterioro de activos, además de otros resultados no recurrentes.

Sin embargo, unos menores ingresos procedente de su operativa con deuda y cartera de inversión, han lastrado el resultado final, en el que el conjunto del sector, bancos, cajas y cooperativas, cosechan el menor beneficio neto desde el primer trimestre de 2013: 1.753 millones de euros.

Por otro lado, el balance sigue reduciéndose, otra señal de que el crédito aún no crece. En el tercer trimestre, ha menguado otro 0,5%, hasta 2,69 billones.

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