Aún no hay fecha, pero todo apunta a que la infanta Cristina acabará renunciando a sus derechos dinásticos. Al sexto lugar que ocupa en la línea sucesoria, tras la princesa de Asturias, la infanta Sofía, la infanta Elena y los hijos de ésta.
Pero, ¿cómo sería el trámite? Podría simplemente comunicárselo al Rey o directamente al Congreso y al Senado. El requisito fundamental sería que los partidos políticos lo apoyaran. Sería necesario votar una ley orgánica en Cortes, con la aprobación del Congreso y el Senado, como se ha hecho recientemente con la abdicación de su majestad el Rey.
Una renuncia para alejar a la Casa Real del 'caso Nóos' que no afectaría a sus hijos y que solo ella puede decidir. En cambio, Don Felipe sí tiene potestad para arrebatarle el título de duquesa de Palma. De la misma forma que se lo concedió su padre como regalo de boda.
El abogado de la infanta, Miquel Roca no da pistas en este sentido y prefiere no pronunciarse al respecto. Lo que sí admite son reuniones con los letrados de Iñaki Urdangarin, lo que anticipa un cambio en la estrategia de defensa de doña Elena.
Una renuncia esperada
A comienzos de semana, la dirigente andaluza Susana Díaz declaraba que la infanta debería haber renunciado ya a sus derechos dinásticos, al tiempo que ponderaba la actuación del Rey, quien está realizando "un esfuerzo importante de transparencia que, seguramente si se hubiera hecho antes, no se hubieran producido casos como éste".
El pasado viernes, el diaro El Mundo daba por hecho que la infanta renunciaría a sus derechos dinásticos si finalmente era procesada, mientras la Corona da por hecho que será ella quien renuncie a sus derechos en el caso de que se siente en el banquillo.
Hoy, la periodista Paloma Barrientos, ha relatado que el rey Felipe VI podría haberle pedido a su hermana un gesto que comprendería la renuncia de sus derechos dinásticos y una petición de perdón público.