
El portavoz adjunto de Asuntos económicos del PP en el Congreso, Álvaro Nadal, cree que la negociación del nuevo modelo de financiación autonómica, a diferencia de cuando se suscitó hace tres años, va a ser "un reparto del apretón del cinturón", en vez de "la abundancia" como hubiera sido entonces.
En una entrevista con Efe señala que el momento es "complejo desde el punto de vista económico", con "sustanciales pérdidas" en los ingresos de las administraciones y descensos de "cerca del 40 por ciento" en algunos impuestos.
"La legitimidad de los Gobiernos autonómicos"
Recuerda que el debate se planteó "en una España en crecimiento, con incrementos sustanciales en los ingresos tributarios", por lo que se trataba de repartir "esa abundancia adicional".
Defiende "la legitimidad" de los Gobiernos autonómicos para reclamar "lo que es lo suyo y desde su propia óptica", pero reclama que quedan claras las reglas de la negociación.
Pide un acuerdo multilateral, sin privilegios, ni esquemas de financiación diferenciados "para unos y no para otros o diferenciados para todos, lo que equivaldría a la liquidación de la Hacienda pública española, tal y como la hemos concebido siempre".
Sin ganadores
Debe contar con la unanimidad, sin ganadores ni perdedores, "donde todo el mundo se encuentre cómodo".
Sobre el aumento de la población afirma que amplía el gasto para las comunidades pero también de ingresos a través del pago de los impuestos.
A su juicio, la discusión esencial es ver hasta qué punto los incrementos adicionales de ingresos de las comunidades han sido suficientes o no para compensar esos incrementos de gasto.
La tesis de muchas comunidades, afirma, "con una base bastante argumentada" es que no han sido suficientes, por lo que hay que revisarlo "como elemento más fundamental, sin excluir otros que otras autonomías pueden plantear".
El actual modelo
Nadal defiende el actual modelo con ese ajuste, pues "cambiarlo radicalmente con otras cuestiones que se pretenden o se han plasmado en el Estatuto de Cataluña entran dudas".
Señala que esta vez, a diferencia de lo que ocurrió en 1999 cuando se aprobó el actual modelo, las comunidades no asumen nuevas competencias, "por lo que alterar sustancialmente los porcentajes no parece razonable".
El PP apoya que se mantengan los principios de la solidaridad, "entendida como una red de seguridad que montamos entre todos", y la suficiencia y está a favor de avanzar en la corresponsabilidad fiscal.
"El Estado es necesario"
Tras preguntarse si el Gobierno tendrá la capacidad de preservar todos esos elementos y que guste a todo el mundo, aclara que, además, no le debe dejar "a dos velas" porque "el Estado es necesario y tiene que cumplir sus funciones".
Sobre que algunas comunidades reduzcan o supriman algunos impuestos y luego pidan más financiación, Nadal piensa que es un argumento "totalmente falaz" e interesado, ya que, "hasta cierto punto", una comunidad es libre de aumentar sus gastos y de disminuir sus ingresos.
"Cierto grado de igualdad"
El PP es partidario de "cierto grado de igualdad" en el desempeño de competencias que exceden a las básicas de la educación o la sanidad, como la ayuda a las empresas, el fomento del I+D+i o la formación para los trabajadores.
Nadal no quiere prejuzgar el resultado de la negociación, ni a ninguna comunidad por defender sus propios intereses, aunque estima que el Estatuto catalán sí lo prejuzga.
A su juicio, "la gran decisión sobre financiación" vendrá determinada por el Tribunal Constitucional cuando decida sobre el Estatuto, ya que algunos aspectos van contra la LOFCA, "la norma especial establecida en la Constitución para la financiación autonómica".
Recuerda que "es materia" de la LOFCA determinar cuáles son los elementos que se van a garantizar en el sistema de financiación, "ley solo modificable por un acuerdo de igual calibre al de 1999 y aprobada, una vez consensuada por las comunidades, en las Cortes Generales".
"La batalla de la bilateralidad"
Nadal niega que se hayan constituido "frentes" de comunidades de diferentes signo en sus Gobiernos y atribuye esa sensación a que "la batalla de la bilateralidad" es muy compleja para la Generalitat de Cataluña, que "busca alianzas".
"En esa tesitura -dice-, el Gobierno catalán lanza el infundio de que han hecho un pacto de hierro con la Comunidad Valenciana, lo que no es verdad, aunque determinadas cuestiones le pueden interesar a los valencianos".
A su juicio, "el problema lo tiene el PSOE", ya que las distancias en las posiciones de partida de sus comunidades son "sustancialmente mayores a las gobernadas por el PP".
Un terrible disparate
Tras recordar que el actual modelo no contó con el apoyo del PSOE en el Congreso, a pesar de que sus comunidades sí lo votaron, Nadal señala que "ese disparate no lo vamos a hacer", salvo que consideren que se ha cometido "un terrible disparate en la financiación estatal y se ha dejado al Estado sin recursos".
En su opinión, sería más fácil llegar a un acuerdo entre los dos grandes partidos, que harían de paraguas para sus respectivas comunidades, pero el Gobierno ha elegido hablar con las autonomías una a una.