
La OCDE prevé que el gasto del sector público español se sitúe en el 43% del PIB, 6,5 puntos menos que la eurozona.
El gasto de las Administraciones Públicas españolas se reducirá en torno a dos puntos este año, hasta situarse en la cota del 42,9 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), según las últimas previsiones efectuadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Con ello, nuestro país estaría aún por encima de la media de los 34 países más ricos del mundo, pero por debajo del promedio en la eurozona.
En concreto, y según un informe realizado por el Instituto de Estudios Económicos (IEE), la reducción del gasto es una tendencia generalizada en la OCDE desde el año 2010: en 2013 la media se situó en el 42,1 por ciento y las proyecciones son que este ejercicio disminuyan hasta el 41,4 por ciento del PIB.
En su informe de proyecciones, la OCDE reconoce que la crisis, sobre todo en países periféricos de la eurozona como España, fue la responsable del repunte del gasto público desde 2007, pero a su vez detecta que el ajuste presupuestario de los dos últimos años está frenando ya -en algunos casos recortando- esas partidas. Para este año, la OCDE prevé un gasto del 50 por ciento del PIB en la eurozona.
Poda de salarios y personal
La disminución del gasto público que vaticina la OCDE para España está en línea con las previsiones de otros analistas, aunque no todos coinciden en el ritmo de caída. Así, BBVA Research espera que, de cara a 2014 y 2015, el gasto de las Administraciones siga ajustándose a un ritmo medio de 0,6 puntos de PIB al año, favorecido por el mejor clima económico. Para estos analistas, el ajuste del gasto discrecional se centrará en la remuneración de asalariados -congelación de sueldos y de ofertas de empleo- y en la inversión, que sin embargo caerá a menor ritmo que en ejercicios anteriores. En consecuencia, BBVA proyecta un gasto público del 43,2 por ciento del PIB a fin de 2015.
Por el lado de los ingresos del Gobierno, BBVA Research sugiere que el ciclo económico impulsará la recaudación impositiva algo más de medio punto de PIB cada año, afectando tanto a los impuestos sobre la producción como a los impuestos sobre la renta. Parte de esta mejoría de la recaudación se verá compensada, entre otros, por la rebaja en las cotizaciones sociales para incentivar la contratación indefinida y por la desaparición en 2015 del gravamen complementario del IRPF. Así, los ingresos públicos en 2014 se elevarán hasta el 38,1 por ciento del PIB, y permanecerán prácticamente estables en 2015.
Por su parte, la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) cree que la partida de gasto que sufrirá mayor recorte en 2013-2017 es la remuneración de asalariados (-1,8 por ciento), seguida de las transferencias sociales (-1,2 por ciento) y los consumos intermedios (-0,9 por ciento). Entre las tres suman 3,9 puntos de PIB, equivalente al 70 por ciento del ajuste en déficit.
Ahora bien, respecto a los gastos de personal, Funcas matiza que al finalizar 2013 el empleo público en España era semejante al que había en 2004, según la EPA. Y que, con un catálogo de prestaciones y servicios públicos similar, la población española ha crecido el 10 por ciento y su PIB real, el 5 por ciento. Por tanto, teniendo en cuenta el fuerte recorte en los empleados públicos y las rebajas salariales sucesivas en el trienio 2011-2013, ?no es en absoluto evidente cómo se van a encajar los ahorros previstos (del -16 por ciento en términos de PIB en 2013 y 2017) con el mantenimiento en la calidad de los servicios?.
Respecto a las prestaciones, Funcas no espera que el gasto en pensiones reduzca su peso en el PIB. No obstante, en su informe La consolidación fiscal en el horizonte 2017, estima que aquí incidirá el recorte en prestaciones por paro según se afiance la recuperación económica.
Precisamente, La Caixa pronostica que la reducción del gasto por desempleo podría situarse entre el 0,7 por ciento y el 1 por ciento del PIB hasta 2016.