El primer acto de homenaje a las 191 víctimas del 11-M ha comenzado con un gesto llamativo. Cuando Don Juan Carlos ha llegado a la catedral de La Almudena se ha dispuesto a saludar a las autoridades, empezando por el presidente del Gobierno Mariano Rajoy.
A continuación, se ha dirigido hacia las representantes de las víctimas con quién se ha detenido unos instantes y ha intercambiado unas palabras, salvo con Pilar Manjón, presidenta de la Asociación 11M, la mayoritaria de las víctimas de los atentados de Atocha, a la que se ha limitado a estrechar la mano. Tampoco ha conversado con Mari Mar Blanco, hermana de Miguel Ángel Blanco, víctima de ETA.
Casualidad o no, el gesto ha llamado la atención en el acto homenaje central del décimo aniversario del 11-M.