El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, afeó este lunes al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que tire de manual lanzando una andanada al líder de la oposición con el único objetivo de cerrar filas en su propio partido ante la evidente falta de cohesión interna. Cospedal asegura que Rajoy no mandó "callar" a Rubalcaba, reclamó alternativas.
Rubalcaba compareció en rueda de prensa para responder al discurso de Rajoy durante la Convención del PP, en el que emplazó al líder socialista a reconocer los logros del Gobierno o "callarse".
Subrayó que el PP llegó a esa cita con abandonos, con diferencias internas y con pocas ideas, y eso se pudo comprobar a lo largo del fin de semana. Ante la situación, Rajoy optó por "tirar de manual" e intentar demostrar que un adversario externo suele ser lo que más une a los de dentro cuando no hay otra cosa.
Hizo lo mismo que el pasado mes de agosto, cuando compareció "arrastrado" en el Congreso de los Diputados tras las novedades sobre el ex tesorero del PP Luis Bárcenas. "El fondo de la cuestión es que él me pide callar a mí y yo le pido que hable", señala.
Lejos de callarse, se reafirmó en la tesis de que el PSOE siempre se alegrará de las buenas noticias económicas, pero para algunos sectores de la población lo peor está por llegar. Es el caso, reiteró, de los pensionistas que perderán poder adquisitivo, los becarios que perderán su beca, los enfermos crónicos que tendrán que pagar sus medicamentos en los hospitales, o las mujeres si sale adelante la reforma del aborto.
"Que no me mande callar a mí, que hable con esos ciudadanos y, sobre todo, que les escuche para saber lo que está pasando en este país que preside". Rubalcaba reprochó a Rajoy esa pulsión autoritaria y aseguró que su relación con el PP está limitada básicamente a asuntos de Estado. En esos casos, por ejemplo en todo lo referente al terrorismo, lo que haga el PSOE no depende de lo que el señor Rajoy diga de él.
El hecho de que Rajoy leyera esa parte de su discurso lleva a Rubalcaba a pensar que tiene una memoria flaca y que además no era algo improvisado. Sin embargo, confía en que eso no signifique el avance de una campaña electoral especialmente bronca que impida debatir a fondo sobre algo "importantísimo", como es la necesidad de cambiar la política europea.