
El jefe del Ejecutivo muestra su apoyo a una "respuesta contundente" en Siria.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pospone la tarea de reducir la deuda pública hasta la próxima legislatura. Así lo anunció el jefe del Ejecutivo desde San Petersburgo, en rueda de prensa tras la cumbre que mantuvieron los líderes del G-20 en la ciudad rusa.
Rajoy, que ayer públicamente expresó su apoyo a una eventual reacción "contundente" de Estados Unidos hacia el régimen sirio, indicó que será en 2016 cuando el ingente pasivo que acumulará la economía española comenzará a reducirse. Para entonces ya será equivalente al 100 por cien del PIB, según las previsiones del propio Gobierno.
El camino que llevará hasta ese "máximo histórico" de deuda está ya bien definido en las previsiones que maneja el presidente del Gobierno. El punto de partida lo constituye el 91,4 por ciento que se alcanzará al cierre de este año.
De ahí se incrementará hasta el 96,2 por ciento del PIB en 2014 y hasta el 99,1 por ciento 12 meses después, en una tendencia al alza que no frenarán ni las medidas de austeridad ni las reformas desplegadas desde el inicio de esta legislatura, a finales de 2011.
Pese a todo, Rajoy dejó claro en San Petersburgo que su política no va a perder ímpetu y puso al día a los integrantes del G-20 de las iniciativas que están a punto de alcanzar su despliegue definitivo en España, esto es, la ley de emprendedoras, la norma a favor de la unidad de mercado y también la desindexación de la economía española.
Igualmente, Rajoy se alineó en favor de los cambios a más gran escala que se van abriendo camino en el seno de la Unión Europea. Además de referirse al genérico "avance hacia una verdadera unión económica y monetaria", el jefe del Ejecutivo subrayó la "apuesta clara y contundente por una unión bancaria sobre la que ya ha habido avances que España demanda que no se paren y que, a ser posible, se vayan acelerando".
Rajoy también apuntó en el haber de la cumbre la manera "prioritaria" con la que se abordó el problema de la evasión fiscal.
La cuestión ha vuelto a cobrar relevancia en las últimas semanas para Madrid, debido al recalentamiento del conflicto que España mantiene con Gibraltar.
De momento, el avance que ha surgido de San Petersburgo en la lucha contra el fraude a la hacienda pública ha consistido en acelerar el proceso para la puesta en marcha de un sistema internacional de intercambio de información fiscal. Según dijo Rajoy el operativo estará en marcha "antes del año 2015".
Aplausos del G-20
Rajoy se mostró igualmente satisfecho con la acogida que recibió en su balance sobre la situación actual de la economía española. Según relató en rueda de prensa, todos los mandatarios consideraron que "España ha cumplido con sus compromisos de forma muy satisfactoria". Y lo que es más: juzgan que su "estrategia fiscal es creíble" y se han anclado las expectativas sobre lo que el futuro depara al país.
Los parabienes llegaron hasta el extremo de que el acuerdo era unánime acerca de la nueva estrategia que debe seguir Madrid para conducir sus políticas de austeridad. De acuerdo con Rajoy, el G-20 aconseja que los siguientes pasos se tienen que dar de una manera flexible, sin que se produzca perjuicio para los conatos de crecimiento que se están manifestando en la economía. A este respecto, Rajoy insistió en su pronóstico de un avance "débil" del PIB el año que viene.