
Eran otros tiempos, en los que se podía gastar, y España lo hizo para acometer grandes reestructuraciones en Defensa. Reestructuraciones que ahora no puede permitirse, y que ni siquiera podría plantearse mantener.
La Armada se encuentra a diario con situaciones como la siguiente: el portaaviones Príncipe de Asturias, el único que posee España y de solo 25 años de antigüedad, irá al desguace por la imposibilidad de mantenerlo ni de modernizarlo, como relata el diario El País.
Además, un buque de aprovisionamiento se ha prestado a Australia, con la tripulación, para que este país corra con los gastos.
A esto también se suman otras situaciones menos explicables, como el gasto en la construcción de un submarino de última generación, el S80, que fue mal diseñado y ahora su peso le impide flotar. La solución para este problema, que implica un rediseño para corregir el peso de la nave supone 14 millones de euros más.
Insostenible y endeudado
El Ejército español tiene graves problemas de sostenibilidad debido a los recortes en su presupuesto, y, especialmente, a la ingente deuda que arrastra: 30.000 millones de hipoteca hasta el año 2030 lastrarán todos los presupuestos.
Esta partida responde a grandes programas de armas, de importante reestructuración, que España acometió en tiempos de bonanza, pero que en plena crisis y con políticas de austeridad no se puede permitir.
Los recortes no han cesado en el ministerio en los últimos años. El ministro Pedro Morenés ha asegurado que el gasto del país en Defensa es similar al de Luxemburgo, y están a la cola de los países miembros de la OTAN.
Sin embargo, estos recortes no se están produciendo donde es más conveniente. Así, mientras que las tropas han visto reducir sus efectivos en un 10% en los últimos tres años, los mandos altos solo han bajado en un 3,7%.
Mantener y adiestrar a las tropas es otro de los grandes problemas. El presupuesto destinado a dietas, gasolina y munición ha caído un 15%, y el mantenimiento un 25%.