
El presidente del Gobierno catalán, Artur Mas, aseguró este miércoles que los problemas de liquidez y tesorería de la Generalitat continuarán a menos que el Ejecutivo central dé un giro a la actitud que ha tenido hasta la fecha. "O el Gobierno español espabila y hace las cosas mejor o en Cataluña se pagará mal. Y se podría pagar bien si el Gobierno español hiciese las cosas bien", afirmó el president durante la sesión de control en el pleno del Parlamento catalán. El Parlament aprueba la consulta del PSC.
Ante las dificultades de tesorería, apeló a la "madurez política y al sentido común" para lograr un cambio, puesto que los pagos dependen de la inyección de dinero que hace el Estado a la Generalitat a través del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA). Mas aseguró que actualmente, a diferencia de épocas anteriores, el Govern no es "dueño" de su tesorería y tiene una situación de dependencia hacia el Gobierno central, que debe actuar para evitar que la Generalitat siga sufriendo dificultades.
Respecto a la posibilidad apuntada por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, de hablar con las autonomías de flexibilizar el objetivo de déficit, Mas aseguró que "depende de él, no de nosotros". Sin embargo, destacó que ya es un paso importante que se pueda hablar de esto con el Estado, porque en su opinión el año pasado fue imposible iniciar un diálogo debido al estilo "manu militari" utilizado por el ministro de Hacienda.
Votación histórica
Por otro lado, ayer en el Parlament tuvo lugar una votación histórica. El 77% de los diputados catalanes votaron a favor de ejercer el derecho a decidir en Cataluña a través de una consulta pactada previamente con el Gobierno central. Los votos de CiU, ERC, ICV y del PSC sumaron 104 diputados a favor de una moción para celebrar un referéndum que cuente con el beneplácito del Ejecutivo central.
Esta moción, presentada por el PSC, es casi idéntica a la que presentó CiU en el Congreso y que fue rechaza por los votos del PP y del PSOE, pero con el apoyo del PSC, lo que supuso la primera vez que los socialistas catalanes votaban en contra de lo fijado por la dirección socialista que encabeza Alfredo Pérez Rubalcaba.
La propuesta votada ayer logró un consenso más amplio del que obtuvo la reciente declaración soberanista, que fue apoyada sólo por CiU, ERC e ICV-EUiA. Esa declaración, que aseguraba que Cataluña es un sujeto político y soberano (que rechazó el PSC) ha sido recientemente recurrida por el Gobierno central ante el Tribunal Constitucional.
Ayer, el líder del PSC, Pere Navarro, condicionó su apoyo a la consulta soberanista a que la Generalitat la pacte no sólo con el Gobierno, sino que el diálogo se amplíe al resto de presidentes autonómicos y a los líderes de todos los partidos políticos españoles. "Se lo digo porque soy plenamente consciente de las dificultades y reticencias que suscita el derecho a decidir en España. Le aseguro que de momento quien mejor sabe esto en este Parlament soy yo, por razones obvias", aseguró en referencia a sus discrepancias con el PSOE.
Aunque el PSC defiende el derecho a decidir a través de una consulta legal, los socialistas catalanes se oponen "rotundamente" a la independencia.
Por su parte, PP y Ciutadans, que votaron ayer en contra de la moción socialista, acusaron a Navarro de ser el "tonto útil" del independentismo con la propuesta que han llevado los socialistas catalanes al Parlament. El portavoz adjunto del PPC en el Parlament, Santi Rodríguez, aseguró que el PSC "se ha adherido a la loca carrera separatista, poniendo su granito de arena en la ruptura" entre Cataluña y España que buscan CiU y ERC.
El líder de Ciutadans, Albert Rivera, se sumó a las críticas del PP, que destacó que "la propuesta en apariencia es impecable, pero deberían saber que el verdadero objetivo no es el diálogo ni el respeto a la legalidad, es la independencia simple y llanamente".