
Una década de rigor en el gasto y restricciones presupuestarias para quitarnos de encima el sambenito de los perpetuos números rojos en las cuentas públicas nacionales y en sólo dos años de "fuerte desaceleración" -según el discurso gubernamental- el superávit público desaparecerá.
La institución gobernada por Miguel Ángel Fernández Ordóñez prevé un excedente público para este año del 1,2 por ciento -un punto menos que el acumulado en 2007- y de un mínimo 0,2 por ciento para 2009; y éste, en el escenario central de crecimiento previsto por el banco central. Estas previsiones hacen intuir que si las cosas marchan un pelín peor de lo previsto -el Banco de España advierte de numerosos riesgos en el horizonte- el déficit público podría ser una preocupación más para el futuro Gobierno de Zapatero.
Hacia un nuevo contexto
El que repetirá como vicepresidente económico en ese gabinete, Pedro Solbes, parece estar ya descontando ese riesgo y ayer en los pasillos del Congreso sugirió que la situación obligará al Ejecutivo a apretarse el cinturón en los Presupuestos Generales del Estado de 2009. "De cara a 2009 habrá que tener muy en cuenta las nuevas previsiones de inflación a la hora de establecer el techo de gasto".
Se refería Solbes a las nuevas previsiones de inflación publicadas ayer por el Banco de España, que estiman un IPC medio del 3,6 por ciento para este año (el último dato adelantado situaba la tasa de marzo en el 4,6 por ciento) y del 2,3 por ciento para 2009. Con el deflactor del consumo creciendo a un ritmo tan moderado es más que posible que el techo de gasto presupuestario que el Gobierno deberá definir en cosa de quince días experimente el alza más reducida en un lustro.
Gasto público
¿Es adecuado contener el gasto público en un contexto en el que el dinamismo del sector privado se reduce a pasos agigantados? Pues no cuadra mucho con la concepción contracíclica de las políticas públicas que Pedro Solbes predicaba desde Bruselas, pero las circunstancias obligan y el incremento de los ingresos ya está acusando significativamente el parón económico, especialmente por la vía del IVA, el principal impuesto sobre el consumo.
Según el Banco de España, el consumo privado (una de las principales fuentes de ingresos del sector público, vía IVA e Impuestos Especiales) pasará de un crecimiento del 3,8 por ciento en 2007 al 2,3 por ciento este año y al 1,9, en 2009.
Crecimiento de empleo
Si a ello unimos que el crecimiento del empleo caerá al 1,1 por ciento (menos ingresos por cotizaciones y por IRPF) y que el gasto público crecerá por el repunte del paro -¡hasta el 9,8 por ciento!-, toda restricción es comprensible.
La institución que preside Miguel Ángel Fernández Ordóñez también oficializó su previsión de crecimiento: 2,4 por ciento este año y 2,1, el que viene.