España

Los expertos reciben con más escepticismo que los mercados las palabras de Draghi

La noticia económica de la semana ha sido la intervención mensual del presidente del Banco Central Europeo el pasado jueves en la que Draghi confirmó que el BCE comprará sin límite deuda soberana de los países que tengan problemas de financiación, aunque exigirá condiciones estrictas a los Estados que necesiten de sus adquisiciones y estos deberán solicitar la ayuda. Los mercados han reaccionado positivamente a sus palabras pero, ¿cómo las han recibido los expertos?

Draghi no defraudó en su intervención y los mercados lo percibieron así. La prima de riesgo española ha cerrado la semana en 411 puntos y la rentabilidad del bono español a 10 años ha caído hasta el 5,57%.

Cinco reputados economistas reaccionan a las palabras de Draghi. Mucho escepticismo y poca ilusión en los análisis de los Díez, Rallo, Anchuelo, Lacalle y Pampillón.

José Carlos Díez, panelista de previsiones del BCE, cree que se ha creado demasiada euforia para lo que realmente va a hacer el BCE. Díez comenta en su blog sobre la intervención de Draghi: "La preocupación era la inflación. Por eso vuelven con el rollo de la esterilización. De momento el BCE no ha comprado ni un bono y no lo va a comprar si no hay rescate y estricta condicionalidad. Por lo tanto, el prestador de última instancia basa sus decisiones en unos programas de rescate que han fracasado. Las economías entran en depresión y aumenta su probabilidad de impago". Díez asegura que fue un día malo para España, porque nuestros socios "nos fuerzan a perder soberanía".

El profesor de la Universidad Rey Juan Carlos, Juan Ramón Rallo, va en la misma línea que Díez y no cree demasiado en los métodos del BCE, según escribe en su blog: "Draghi todavía no ha hecho nada: sólo insinuó (hasta este jueves) o avanzó (a partir del jueves) lo que tiene pensado hacer en caso de que nuestro Gobierno pida el rescate. Pero nuestro Gobierno todavía no lo ha solicitado, de modo que apenas asistimos a una acumulación de rumores, suposiciones, creencias y apuestas sobre nuestro futuro que ni mucho menos tendría por qué llegar a materializarse en abundantes monetizaciones de deuda por parte del BCE".

Por su parte, el responsable del área económica de UPyD y Catedrático de la Universidad Rey Juan Carlos, Álvaro Anchuelo, se muestra muy descontento y decepcionado con las palabras del presidente del BCE. Anchuelo comenta en su blog lo siguiente: "Por mucho que el Gobierno nos invite a celebrarlo, es la constatación de un fracaso. El BCE empuja a España a solicitar el rescate explícito al fondo intergubernamental europeo (FEEF-MEDE). Esta vez no va a haber medias tintas, aunque los medios afines intentarán seguir disimulando. Para que el BCE intervenga apoyando la deuda española el gobierno tendrá que firmar un nuevo Memorando de Entendimiento, en el que se le detallarán estrictas condiciones. Así de claro. Como la deuda española lleva tiempo contra las cuerdas, resulta difícil que pueda seguirse otro camino que el señalado".

Daniel Lacalle, gestor de uno de los principales Hedge Funds  de Londres, es más pesimista aún que el resto de expertos. Para Lacalle "el plan del BCE solo manipula el precio de los bonos a muy corto plazo. No vincula el acceso a crédito con el crecimiento y la solvencia de la economía premiando al eficiente, sino que dotará de liquidez fijándose exclusivamente en el precio, sea justo o no, incentivando que se retrasen reformas sabiendo que, como Grecia, apurando los límites te dan un rescate.  Es decir, interviene otra vez en el principio de responsabilidad crediticia, error que está asolando la UE y echando al capital inversor de largo plazo". Así se ha expresado Lacalle en su blog en portal Cotizalia.

Por último, Rafael Pampillón, profesor de economía del IE Business School, es el único experto que se atreve a decir lo que debe hacer España. Así, dice en su blog: "En mi opinión, pedir ese rescate parcial y permitir así que el BCE intervenga y se reduzca la prima de riesgo y los costes de financiación de la economía. Se trata de 'comprar tiempo' y hacer nuevas reformas económicas que junto con las que están en marcha den fruto de crecimiento y de empleo en los próximos años".

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