
Nuestra economía ya no será la duodécima mayor del mundo, según el cálculo, basado en el Producto Interior Bruto (PIB), que elabora el Fondo Monetario Mundial (FMI). Un texto de Bloomberg considera que varios indicadores apuntan a que ese puesto lo ocupará, durante este segundo trimestre del año, Australia, que acumula ya 21 años sin entrar en recesión, y un crecimiento del 3,7% entre abril y junio. España, sin embargo, que hace esfuerzos por salir de la receción, se contrajo ese mismo periodo un 0,4%.
En términos absolutos, la disputa es férrea. Las previsiones del FMI en enero estimaron que el PIB de Australia, de 1.379 billones de dólares, sería menor que el de España, de 1.386 billones de dólares, a final de año.
Sin embargo, la recesión que azota a nuestro país, sumado a la gran inversión australiana en materias primas, hará que la economía australiana nos supere.
Tampoco ayuda la tasa de desempleo que arrastra España, del 24,63%, la más alta de toda la UE, frente a la del 5% que presenta Australia. Ni que nuestro país esté a la cola en control de déficit y acceso al crédito, según el informe anual del Foro Económico Mundial, publicado el pasado miércoles.
Impacto global del euro
El panorama que nos rodea es igualmente desalentador, ya que según explicó la OCDE ayer, los diecisiete Estados que comparten el euro son los máximos responsables de que se nuble el horizonte de las perspectivas de crecimiento internacionales.
El organismo considera que la crisis del euro y las incertidumbres que aún se ciernen sobre él están teniendo efectos de ralentización económica en los países desarrollados y en los emergentes.
Desde Bruselas y el BCE tampoco llegaron buenas noticias. También ayer, Eurostat confirmaba que el PIB de la Eurozona cayó un 0,2% en el segundo trimestre y empeoró sus proyecciones a una caída inicial del 0,5% desde el 0,4 previsto antes, en línea con la revisión a la baja que también desveló el Banco Central Europeo.
Un escenario que deja a la región en las puertas de la recesión, sólo salvada por el crecimiento plano del primer trimestre del año, tras una contracción del 0,3% a finales de 2011. La institución que preside Draghi estima que los países del euro caerán de media el 0,4%.
Los malos datos son generalizados en prácticamente toda la zona euro, incluidos países del centro y norte como Finlandia (-1,1% respecto al mes anterior), Bélgica (-0,6%) y Dinamarca (-0,5%). En los países más golpeados por la crisis, la economía sigue en contracción y el PIB cayó en el segundo trimestre un 0,4% en España, un 0,7% en Italia y un 1,2% en Portugal. Grecia, para quien no hay datos de variación trimestral, registró una caída del 6,2% interanual, la mayor de toda Europa. Por su parte, Alemania registró un crecimiento del 0,3% respecto al primer trimestre, mientras que Francia encadenó su tercer trimestre consecutivo de estancamiento.
El mayor lastre
Con todo, la situación de la Eurozona sigue siendo el mayor lastre para la economía global, advirtió ayer la OCDE durante la presentación de las perspectivas de la institución para las siete mayores economías del grupo. "La zona euro es el epicentro de la crisis" y la actividad seguirá retrocediendo allí durante "varios trimestres", señaló su economista jefe Pier Carlo Padoan.
La organización rebajó las previsiones para 2012 de seis de los siete miembros del G7 (Japón fue la excepción) y ahora cree que este grupo de los países más ricos no crecerán más que un 0,3% en términos interanuales en el tercer trimestre y un 1,1% en el cuarto, de forma que en el conjunto del año la subida del PIB se limitará al 1,4%.