Hace unos días el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero afirmaba en una entrevista publicada en el diario Público que aspiraba a gobernar sin alianzas permanentes. Tendrá que ser en otra legislatura porque en la que presidirá hasta el 2012 tendrá que pactar.
En las elecciones más bipolarizadas de la democracia española, el PSOE ha ganado las elecciones con 169 escaños. El panorama parlamentario queda por tanto pintado en su mayoría del rojo socialista. Los primeros escrutinios realizados tras el cierre de los colegios electorales hablaban de mayoría absoluta, pero tras poner a los votantes del PSOE la miel en la boca, el humo se diluyó.
Las alternativas del PSOE son claras. CiU es el único partido que aporta los escaños necesarios en solitario para lograr la mayoría. El partido que lidera Josep Antoni Duran ha conseguido 11 diputados lo que le garantiza un lugar destacado en el panorama político. Misión cumplida. Y es que hace unos meses el candidato a la presidencia por la fuerza nacionalista cruzaba prácticamente los dedos para que el PSOE no lograse la mayoría absoluta y para que ningún otro partido nacionalista le tosiese en las urnas.
Así, Ciu se sitúa como tercera fuerza política en el Congreso detrás del Partido Popular que se sitúa en la segunda posición del podium electoral con 153 escaños.
Pactar con las minorías
Y si pactar con CiU es el camino más fácil y probable, los analistas hacen cuentas ya que el partido que lidera Zapatero podría buscar el improbable apoyo de tres de las fuerzas políticas minoritarias: IU, ERC y BNG. Con 2, 3 y 2 escaños respectivamentes, los partidos que lideran Gaspar Llamazares y Carod Rovira han descendido en número de votos lo que ha impulsado al líder de Izquierza Unida a anunciar que no se presentará a la reelección (su partido ha perdido 300.000 votos).