Los gobiernos autonómicos y locales han despilfarrado millones y millones del erario público en época de bonanza económica. elEconomista.es ha realizado un mapa con los grandes 'despilfarros' que se han realizado en los últimos años en España. Galicia tampoco se salva, estas son sus verguenzas:
1.- Ciudad de la Cultura de Santiago. 400 millones de euros
Este símbolo del despilfarro sobrevenido con la burbuja económica se abrió el año pasado y costó casi 400 millones de euros, cerca de cuatro veces más de lo presupuestado. Enclavado en Santiago de Compostela, el centro aspiraba a ser el referente cultural de la autonomía.
Diseñado por el arquitecto norteamericano Peter Eisenman para la Xunta, tardó diez años en acabarse. Después, una comisión de investigación parlamentaria, varios atentados independentistas y un acalorado debate en la prensa y el Parlamento autonómico han cuestionado la existencia de este edificio del monte Gaiás.

2.- El AVE. 3.500 millones desde Madrid
El secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda del Ministerio de Fomento, Rafael Catalá, ha asegurado este miércoles que el Ministerio está "completamente" implicado en desarrollar el AVE en Galicia": "Será realidad en los próximos tiempos". Por el momento, el Gobierno (en este caso el central) ya ha invertido 2.500 millones entre Ourense y Santiago y más de 1.000 hasta A Coruña.

3.-Museo de las Palabras de Vigo. 12 millones
La Casa das Palabras, conocida como Verbum, se inauguró en 2003 y costó 12 millones. Tanto PSOE como PP intentan sin éxito dar sentido a la construcción, financiada con fondos de la Unión Europea. Sólo en seguridad, gasta unos 200.000 euros al año.
La Comisión Europea llegó a solicitar información a las autoridades españolas sobre la posible desviación de fondos comunitarios en este proyecto.

La Xunta ha convocado diferentes ayudas para fomentar el gallego sólo durante 2012. Por ejemplo, destinará 2,9 millones para promover las producciones audiovisuales y 41.341 para ayudar a empresas que realicen publicaciones periódicas en gallego. Además, dedica otros 250.000 euros para fomentar el idioma en centros de enseñanza públicos, y otros 18.000 para centros privados.
Además, el Ejecutivo gallego anunciaba el pasado viernes una serie de convenios del Consejo de la Cultura por valor de 175.200 euros entre los que destacan la "elaboración del diccionario de la emigración gallega a Cuba".

5.- Los coches de Touriño y Quintana
El expresidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, llegó a contar con cuatro coches oficiales. En octubre de 2010 se produjo la última adquisición, un Audi A8 cuyos complementos de seguridad llevaron a un coste de 480.000 euros.
No es el único miembro de la Administración gallega con vehículos de máxima seguridad: los conselleiros y el vicepresidente, Anxo Quintana, también tenían a su disposición dos coches oficiales cada uno. El gasto mensual para las arcas públicas de Galicia en cuestión de vehículos y su mantenimiento llegó a ascender a los 166.000 euros.

6.- Las infraestructuras de transporte: puertos y aeródromos
Galicia cuenta con dos infraestructuras portuarias: Ferrol y A Coruña. Tras varios informes realizados por el Instituto Universitario de Estudios Marítimos de Galicia, se concluyó que la gestión mejoraría siendo conjunta. Esta fusión se baraja desde el año 2009 y se argumentaron motivos de mejora de eficiencia para adaptarse a los nuevos tráficos marítimos y a la incorporación en las instalaciones de nuevas tecnologías.
En cuento al transporte aéreo, Galicia cuenta con tres aeropuertos: Santiago, Vigo y A Coruña, que mueven un total de 2.460.000 pasajeros al año, según los datos de 2011 de Aena. Existe una importante diferencia en el tráfico de cada aeropuerto, siendo el de Vigo el de menor densidad. Galicia es una comunidad autónoma con 2.795.000 habitantes de población, lo que hace excesiva la fuerte infraestructura que se invierte anualmente en los tres aeródromos.

7. El tranvía
El tranvía turístico de A Coruña lleva años provocando dolores de cabeza a las autoridades municipales por su elevado coste y sus deficiencias técnicas, que no terminan de subsanarse debido a la ausencia de un presupuesto para su mantenimiento.
El tranvía es utilizado por 141.000 pasajeros al año y no tiene una utilidad de servicio para los ciudadanos, sino que dibuja un recorrido turístico bordeando el mar. Genera unas pérdidas de casi 200.000 euros anuales.
