La sanidad española no es la joya de la corona que muchos políticos defienden. Ni brilla tanto ni resiste las comparaciones, según los pacientes y consumidores. El sistema público español desciende dos puestos respecto a 2009, hasta ocupar la posición 24 de un ránking de 34 países, según el Índice de Consumidores de la Sanidad Europea, presentado ayer por el centro de análisis Health Consumer Powerhouse (HCP). Hoy la ministra Ana Mato ha afirmado que "la Sanidad no se puede mantener sin pagarla".
Los tiempos de espera, la falta de transparencia y la escasa participación de los pacientes son algunos de los puntos negros de un sistema de salud que está "en declive", en opinión del HCP. El índice no analiza la viabilidad financiera, ni tampoco indicadores de salud pública como la esperanza de vida, la mortalidad por cáncer o enfermedades cardiovasculares, que dependen más de estilos de vida o factores del entorno antes que de la actuación de los sistemas de salud.
España, mal parada
De la comparación final, España sale mal parada. Sólo logra 603 de los 1.000 puntos posibles. Países Bajos, con 872 puntos, Dinamarca, Islandia, Luxemburgo o Bélgica presentan el mejor expediente.
La crisis no es la "causa"
Para el doctor Arne Bjönberg, responsable del índice 2012, la crisis económica "es algo bastante reciente y no puede explicar el continuo deterioro de la sanidad española". La causa de los largos tiempos de espera que soportan los pacientes "no es la falta de recursos, sino una cuestión de actitudes y de organización", sostiene este experto. Además, nuestro sistema de salud carece de transparencia y de participación de los pacientes y, pese a ser un sistema de financiación pública, "la desigualdad está aumentando", según el doctor Bjönberg.
Pros y contras del sistema
España sólo encabeza la lista de países en trasplantes de órganos y presenta buenos resultados en mortalidad infantil, implantación de la receta electrónica, mamografías o acceso a medicamentos. Pero estos indicadores no compensan, según el informe, las múltiples debilidades del tratamiento sanitario. Son así mediocres el acceso al cuidado bucodental o a la vacuna tetravírica.
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