Una cierta dejadez torna informal la elegancia en la colección de Nina Ricci para el próximo invierno, presentada este domingo en París, mientras Marc Jacobs imagina para Louis Vuitton una elegancia formal.
Las mujeres de Nina Ricci utilizan largos vestidos cerrados hasta el cuello y de mangas largas, en modelos en que el recato es sólo apariencia, pues los escotes son vertiginosos en la espalda, o el vestido se abre con un largo cierre sobre un segundo.
"Hay un un poco de dejadez, un lado descuidado", explica el diseñador de la casa, Olivier Theyskens, "como si los vestidos no estuvieran cerrados, lo que me parece sensual".
Theyskens envuelve a las mujeres en vestidos de muselina, echarpes de seda, pantalones ajustados bajo el tobillo, abrigos redingotes. Los tonos son otoñales: bronce, rojo óxido, verde musgo, con tonalidades cambiantes.
Seda, crepé y terciopelo se combinan en siluetas depuradas, un poco desdibujadas por los echarpes de muselina, pero rigurosas en las chaquetas construidas.
Para Louis Vuitton, Marc Jacobs propone siluetas de derviches giradores, con gruesas faldas amplias y claras y chaquetas estrechas. El talle de las chaquetas es levantado por aros, los pliegues crean volúmenes en las faldas, los pantalones son amplios. El ruedo de los vestidos se levanta a un lado, retenido por un lazo.
La suavidad preside la paleta de colores: crema, celeste, amarillo pálido, gris perla, beige.
"Pensamos solamente en la forma, una forma fuerte, gráfica". "Es una visión de lo que parecen, a mi parecer, los desfiles de moda franceses: chicas perfectas de empaque sorprendente", dijo el diseñador.