El presidente de Bolivia, Evo Morales, advirtió este domingo que el diálogo para superar la crisis política en su país se agota, en momentos en que la oposición y prefectos de seis de nueve regiones alistan desacato a un referendo que intenta avalar una nueva Constitución.
A pesar de ese cuadro, el gobernante convocó a la oposición a reanudar el diálogo, interrumpido el fin de semana cuando el Congreso, dominado por el oficialismo, autorizó al gobierno llamar a dos referendos para el 4 de mayo a fin de avalar una nueva Carta Magna impulsada por Morales.
"Hemos intentado por todos los lados el diálogo; intentaron desestabilizar al gobierno, al Estado mismo con el tema de las autonomías, otra temporada con el tema de los dos tercios (de voto en la Asamblea Constituyente), usaron a la gente de Sucre con el tema de capitalía, engañándola", deploró.
El mandatario confirmó en rueda de prensa denuncias de su gobierno de que tres connotados dirigentes de la oposición de derecha, entre ellos el presidente del Senado, Oscar Ortiz, se entrevistaron con miembros de la comunidad diplomática para pedirles que revisen su relación con Bolivia.
"Ahora, de manera muy descarada, apelan a la comunidad internacional", deploró el presidente izquierdista en rueda de prensa en la casa de gobierno.
"Tienen derecho a informar, nosotros también vamos a empezar a informar la verdad y la verdad es que acá se agota el diálogo", enfatizó.
Agobiado por la oposición, Morales se lamentó de "tantas acusaciones y con el racismo, de paso".
Las palabras del mandatario coinciden con una reunión convocada por los prefectos de Santa Cruz, Tarija, Pando, Beni y Cochabamba, además de dirigentes cívicos de esas regiones y de Chuquisaca, para definir el desacato a los referendos convocados por el gobierno.
Los liderazgos de esas seis regiones son firmes opositores a Morales y anteponen las autonomías regionales a la nueva Constitución, que debe ser avalada por dos referendos en mayo próximo.
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