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España, a punto de perder peso en el 'baile de sillas' en la zona euro

  • Tendría relevancia en el cargo menos importante de los tres que se disputan
José Manuel González Páramo, en una foto de 2010. Foto: Jose Ayerdi.

El juego de las sillas que se disputa en Bruselas esta primavera, para el reparto entre los Estados miembros de al menos tres cargos de relevancia comunitaria, ha conseguido una prórroga hasta mayo o junio.

España sigue en la final, pero todo apunta a que sólo recibirá un "premio de consolación" en forma de la dirección general del Mecanismo Europeo de Estabilidad, un cargo técnico, de gestión, sin peso político ni capacidad de influir en las decisiones del futuro fondo de rescate permanente del euro.

Esta posibilidad, que tampoco está confirmada, surge a raíz de que el candidato propuesto por el Gobierno para sustituir a José Manuel González-Páramo en el directorio del Banco Central Europeo, que termina su mandato el 31 de mayo, no ha cuajado entre el resto de los socios europeos.

Diferentes fuentes apuntan que la apuesta del Ejecutivo por Antonio Sáinz de Vicuña, un jurista en un mundo de gobernadores de bancos centrales, no ha sido la más acertada en cuanto a que tiene que competir con una personalidad del peso del gobernador del banco central de Luxemburgo, Yves Mersch, que conoce bien la casa y cuenta con importantes apoyos.

Equilibrio norte-sur

Pero además, como suele ocurrir en este tipo de repartos, la búsqueda del equilibrio norte-sur pesará en contra del español, pues un italiano, Mario Draghi, y un portugués, Vítor Constâncio, ya copan presidencia y vicepresidencia. La excusa perfecta para los países con triple A para vetar a otro sureño que, a su juicio, no libra la batalla de la austeridad de la misma manera que un nórdico.

De confirmarse la pérdida del puesto español en el directorio del Banco Central Europeo (BCE), se rompería una tradición que pervive desde 1998, según la cual Alemania, Francia, Italia y España ocupan cuatro de los seis asientos del comité ejecutivo. España sería así el primer país que pierda su puesto en este órgano de decisión fundamental, corazón de la política monetaria y de la gestión de la crisis de la deuda.

Los ministros de Economía aplazaron la toma de decisiones sobre el paquete de nombramientos durante una reunión informal en Copenhague, el pasado 30 de marzo, a la luz de que el Gobierno francés no quería aparecer en este momento electoral como perdedor de una batalla que, de cerrarse como preconizan todos en Bruselas, dará una nueva y simbólica victoria a Alemania: la presidencia del Eurogrupo.

Todos quieren suceder a Juncker

El puesto que ocupa el luxemburgués Jean Claude Juncker hasta el 17 de julio es, de todos los que están en liza, la joya de la corona, ya que supone la imagen visible del euro a escala internacional y tiene la potestad de convocar y marcar la agenda de los Consejos de Ministros de la moneda única. Aunque en un momento dado sonó el ministro español Luis de Guindos, el titular de Finanzas de Alemania, Wolfgang Schäuble, tiene prácticamente asegurado el cargo pese a que, debido a su delicado estado de salud tras un atentado terrorista sufrido en 1990, está organizándose a su alrededor un "equipo de apoyo" con base en Berlín que le ayudaría en la gestión del Eurogrupo.

Hasta ahora, ha sido habitual mantener los cargos del BCE separados de los demás, con el fin de evitar cualquier sensación de debilitamiento de la independencia de la institución. Sin embargo, el hecho de que hasta 2018 no se prevean más cambios en la dirección del BCE ha dado especial importancia a la quiniela actual.

Dado que los dos puestos en el BCE están casi asignados, España compite ahora por situar a la exdirectora del Tesoro Belén Romana en la dirección general del mecanismo permanente de gestión de crisis para salvaguardar la estabilidad financiera en la zona del euro en su conjunto, que sustituirá las soluciones temporales como la facilidad de préstamos a Grecia, el Mecanismo Europeo de Estabilización Financiera (MEEF) y la Facilidad Europea de Estabilización Financiera (FEEF) a partir del 1 de julio de 2013. Los ministros de los Diecisiete serán los que realmente tomen las decisiones sobre las nuevas competencias del fondo: adquisiciones en el mercado primario, intervenciones en el mercado secundario, recapitalizaciones de entidades financieras y programas cautelares; acciones todas ellas a las que España es potencial aspirante.

El presidente del actual fondo, el alemán Klaus Regling, podría mantenerse en su cargo más allá de junio de 2013.

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