
En la nueva 'economía del exceso', tal y como la califica el catedrático de Economía Santiago Niño Becerra, se ha acabado el antiguo concepto de emigración -y de inmigración-. Ahora, los nuevos emigrantes serán precarios: ya no acudirán a otro país para, a cambio de su trabajo, recibir una estabilidad fija y de por vida. Entre ellos se contarán los jóvenes españoles... que podrían convertirse en verdaderos 'jornaleros 2.0'.
Según afirma el experto Santiago Niño Becerra en su publicación mensual en L´Econòmic Catalunya, pese al conocimiento que tienen los españoles -e irlandeses- del concepto de 'emigración' e incluso 'exilio', el nuevo momento económico va a obligar a los mismos a tener que reinventarse.
En ese sentido, el flujo migratorio iba espoleado por el convencimiento de que al cambiar de país, los trabajadores iban a recibir "lo que carecían en su origen" y "para siempre". Eso era debido a las posibilidades de dichas economías de tener carestía de lo ofertado por el inmigrante.
El exceso configura necesidades temporales
Para Niño Becerra, la 'escasez' sobre la que se sostenía esta idea, se ha terminado al encontrarnos de lleno en una economía de abundancia. E incluso ni siquiera es válido para los perfiles más formados. Este exceso "de todo" configura contratos y necesidades temporales y puntuales en dura competencia entre sí para el factor trabajo.
Niño Becerra habla de cómo no sólo se ha avanzado sino se ha sobresapasado el concepto de economía ingrávida para acabar, directamente, en otro nuevo, que denomina "economía en términos fijos", es decir, aquella en la que "alguien necesita a alguien para hacer algo en un momento dado y bajo determinadas circunstancias, y después ... adiós".
Es deducible por las palabras del catedrático que este cambio global de 'terreno de juego' afectará principalmente a los jóvenes, al estar ahora mismo 'fuera' del terreno laboral o bien en condiciones más precarias que el resto de generaciones al haberse enganchado al mismo durante las primeras oleadas de la crisis y, por lo tanto, estar más sujeto a sus nuevas condiciones.
Las nuevas 'carreras' laborales
De esta manera, las nuevas configuraciones de las carreras laborales de gran parte de los jóvenes -por ejemplo- se construirán alrededor de lo que el catedrático denomina "trocitos de trabajo".
Esta manera de construir la carrera laboral tiene una doble -e incluso triple- vertiente que marcará a nuestras sociedades: de un lado, esta precariedad a la hora de ajustar el factor trabajo a necesidades puntuales se plasmarán de manera inevitable en las arcas estatales y de las empresas, tanto a nivel de consumo como de recaudación fiscal y cotizaciones sociales.
Del otro, para el propio trabajador, que será forzado a "vivir al día" y muy atento a las necesidades coyunturales a las que poder 'acoplarse' para conseguir oferta a su demanda laboral.
Siguiendo la teoría de Niño Becerra, lo lógico es que mercados laborales con escasa movilidad geográfica -como el español- deban de romperse y ser elásticos incluso de manera transnacional: es decir, el trabajador deberá de ser capaz de ir y venir tanto dentro de su país de origen como dentro de otros países de manera puntual para construir sus necesidades de recaudación vía ingresos del trabajo.
'Jornaleros' 2.0
No sólo eso: si esta crisis ha contribuido a romper los paradigmas de la economía laboral clásica, no es descabellado presuponer que forzará al factor trabajo a una regresión conceptual y generalizada más parecida a la de los antiguos jornaleros que al concepto de 'empleado' del siglo XX: trabajadores, aun cualificados, que trabajan de manera reducida por un periodo de tiempo limitado, de sitio en sitio, según las necesidades puntuales de los propietarios de cada una de las corporaciones o empresas que demanden sus servicios, gracias además al nuevo paradigma de 'hiper-flexibilidad' laboral -recordemos la reciente reforma laboral- propiciado por unos mercados desbordados por el exceso de oferta.
En conclusión, y según el propio catedrático, así serán "nuestros nuevos inmigrantes" que forzados a moverse en un escenario constante de "exceso de capacidad y de excedente de todo. Y también de factor trabajo, naturalmente".