Los micrófonos parecen tener una aversión irracional hacia Mariano Rajoy. Si hace a penas dos meses uno se chivó de sus temores ante una huelga general. Ayer otro le arreaba una bofetada en el momento que el presidente iba a ser preguntado por los periodistas sobre las medidas de ajuste que hoy presenta en Bruselas.
Ni las advertencias de los periodistas ni escoltas han podido evitar que las gafas de Rajoy se tambaleasen en su cara.
El presidente se ha tomado con buen humor el descuido, ha bromeado con un ¡casi! y, entre sonrisas, ha advertido de que se iba a colocar a una "prudencial distancia" y ha proseguido sus declaraciones.