
La que parecía la familia perfecta dentro de la Casa Real comenzó a resquebrajarse en 2006, cuando la corrupción empezó a apestar alrededor del Instituto Nóos y el Rey pidió a Iñaki Urdangarin que abandonase sus negocios. Al verse envuelto en la trama, la Infanta le defendió a capa y espada, lo que le ha granjeado momentos de tensión con su padre, Don Juan Carlos.
La infanta Cristina comenzó defendiendo a su marido, Iñaki Urdangarin, sin ningún atisbo de dudas. Según publica el diario El Mundo, la actitud de la hija del Rey complicó la relación con éste y con el Príncipe, que enseguida se percataron del irreparable daño de imagen que correría la Corona española.
Durante meses, el Rey no quiso hablar con su hija menor, y fue la intermediación de la Reina la que consiguió que tuvieran un encuentro el pasado 7 de febrero. El Rey aconsejó a la infanta Cristina que se separase de Urdangarin, pero ella se negó, confiando en su inocencia y poniéndose del lado de su marido frente a su familia.
La advertencia de Don Felipe
Ya en 2009, Don Felipe advirtió a su hermana en una importante discusión de que su cuñado la había tomado como "rehén", y la estaba utilizando para blindarse ante la ley. También le aconsejó una separación temporal.
Tras el encuentro con su padre el pasado 7 de febrero, algo parece haber cambiado en la infanta Cristina. Su conciencia de la gravedad del asunto se ha agudizado y, aunque sigue defendiendo a su esposo, ahora está más abierta a alejarse sensiblemente de Urdangarin, para que su imagen no resulte tan dañada. Después de todo, ella es beneficiaria al 50% de una de las empresas que percibía fondos del Instituto Nóos.