
El Partido Popular ha sellado hoy su compromiso contra el despilfarro de las Administraciones Públicas y se ha conjurado para aplicar en ellas los principios de eficacia y austeridad con el objetivo de hacer frente a una crisis económica de la que cree que aún se tardará en salir un tiempo "prudencial".
Ese es el mensaje del foro sobre Administraciones Públicas que ha comenzado hoy el PP en Zaragoza de la mano de su secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, y que será clausurado el domingo por Mariano Rajoy.
Austeridad, eficacia y rigor presupuestario han sido los términos utilizados en la práctica totalidad de intervenciones durante la jornada.
En la primera de ellas, Cospedal ha avanzado que las reformas ante la crisis serán inmediatas si Rajoy gana las elecciones, ya que "no perderá ni un día" para ponerlas en práctica.
Pero ha querido dejar claro que una cosa será su aplicación y otra el momento en que se verán sus efectos, ya que cree que para esta segunda fase pasará un tiempo prudencial.
Lo ha querido poner sobre la mesa subrayando que el PP no quiere engañar a los españoles e invitando a todos, incluso a los que pueden tener reticencias entendibles, a colaborar en el esfuerzo común para vencer a la crisis.
Predicar con el ejemplo
El primero en hacer sacrificios será el PP, en una actitud que Cospedal ha dicho que quiere que sea ejemplar y convencida de que "los esfuerzos de hoy son la recompensa de mañana".
La presidenta de Castilla-La Mancha ha subrayado que, ante la reforma de las administraciones, "hay que prescindir de lo que sea prescindible" y hay que marcar las líneas rojas, que ha precisado que, para el PP, son la sanidad, la educación y los servicios sociales.
A partir de ahí, ha explicado que habrá que determinar qué es lo realmente prescindible y qué cosas, aún siendo importantes, se tendrán que posponer para otro momento.
Para Cospedal, los socialistas han convertido la eficacia y el rigor presupuestario de las administraciones en "una especie en extinción", y, ahora, le toca al PP repoblar esos principios liquidados "como si fueran faisanes en un coto de caza".
La portavoz del grupo popular en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría; el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón; la vicesecretaria de Organización del PP, Ana Mato; el portavoz adjunto del partido en el Senado, Antolín Sanz; y el director del programa electoral del partido, Baudilio Tomé, han secundado el compromiso de eficiencia de las Administraciones Públicas.
Si Mato lo ha defendido para desarrollar un mejor servicio a los ciudadanos, Ruiz-Gallardón ha propuesto una segunda descentralización o revisión del régimen jurídico y financiero de las Comunidades y corporaciones locales para garantizar la viabilidad de los servicios públicos.
Tomé ha asegurado que no es posible ganar la batalla del empleo y cumplir los compromisos con el euro, con la Unión Europea y con el futuro de España sin unas administraciones realmente eficientes y austeras.
En su alocución, Antolín Sanz ha considerado inaplazable sustituir la duplicidad y el despilfarro por el principio público de "una competencia, una administración".
Para él, la descentralización debe valer para que la administración sea mejor y más barata y, en ese sentido, ha apostado por una etapa de racionalización tras el "big bang" del sector público empresarial y fundacional de los últimos años y que ha querido demostrar con cifras.
Puso un ejemplo: en 2009 llegó a haber en España 2.012 entidades públicas dependientes de los gobiernos autonómicos tras haber crecido un 28,6 por ciento desde 2003.
Entre otros intervinientes, el consejero de Hacienda y Administración Pública de Aragón, Mario Garcés, se ha mostrado partidario de que, en épocas de crisis, las administraciones no ejerzan todas las competencias que no sean básicas a fin de garantizar los servicios públicos esenciales.
Por su parte, Sáenz de Santamaría ha aprovechado para criticar la decisión del Gobierno de no presentar unos presupuestos generales para 2012 y obligar a la prórroga de los de este año porque, a su juicio, dificultará que las autonomías preparen sus cuentas para el próximo ejercicio.