La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) está dejando un beneficio desigual en los establecimientos comerciales de la madrileña Puerta del Sol, en donde los mayores beneficiados están siendo los kioscos, los negocios de hostelería asociados al cheque del peregrino y las zapaterías.
"Merece la pena recibir a estas personas", asegura Pedro, quien regenta un kiosco en la confluencia de la calle del Carmen con Sol. "Las ventas han subido un 30 por ciento y sobre todo compran tarjetas telefónicas, postales, periódicos, agua e imanes para la nevera", ha narrado.
En este punto coincide Marieta, dependienta de la tienda de recuerdos, quien afirma en conversación con Efe que los peregrinos "se llevan de todo", tanto recuerdos del papa como de España, y que este establecimiento está siempre lleno.
Según Miguel Alba, encargado de una popular zapatería de la Puerta del Sol, estos son "días de fuertes ventas a todas horas", sobre todo de chancletas. Otras zapaterías de la zona también presentaban esta mañana una gran afluencia de jóvenes con las mochilas y los sombreros característicos de la JMJ.
Solventando las pérdidas del 15-M
Arturo Llerandi, encargado de un negocio especializado en la venta de paraguas, opina que la JMJ les va a permitir recuperar una parte de las pérdidas de los meses pasados, estimadas en un 40 por ciento, que él atribuye a la acampada del movimiento 15-M en Sol.
"La JMJ nos viene muy bien a los comerciantes porque realmente han aumentado las ventas, sobre todo de abanicos y sombrillas", afirma Llerandi. Un céntrico negocio de comida para llevar, sobre todo pizza, también ha notado una mejoría en sus ventas, que Francis Juárez atribuye al hecho de estar asociados al cheque del peregrino, con el que éstos se pueden beneficiar de descuentos en la hostelería.
La otra cara de la moneda la representan negocios como una cervecería-heladería, situada en la esquina de Sol con la calle Espoz y Mina, cuyas ventas han caído "drásticamente".
"Siempre está vacío. La JMJ nos ha perjudicado muchísimo porque no trabajamos con el cheque del peregrino, estamos vendiendo al precio habitual", se lamenta el dependiente Ronald Mejía, quien añade que los peregrinos sólo entran a pedir agua.
"Entre los indignados y la JMJ se nos junta todo"
Vanesa Alonso, empleada en una tienda de ropa y complementos comparte opinión con Mejía. "Las ventas mejoraron cuando retiraron la acampada del 15-M, pero los peregrinos no entran ni a mirar. Entre los indignados y la JMJ se nos junta todo", se queja Alonso.
En otra tienda de moda próxima tampoco han notado una mejora sustancial. "Los peregrinos entran en manada a mirar pero sólo se llevan braguitas, que es nuestro artículo más barato", explica Francisco Garrigós, empleado de este establecimiento.
En uno de los grandes almacenes del centro no se están percibiendo tampoco grandes incrementos en los beneficios, según detallan varias dependientas. "Las ventas no están siendo una maravilla. Depende de los departamentos, el único que está haciendo un poco de negocio es el de ropa", afirma una cajera, que prefiere no dar su nombre.
Antonio Torre, vendedor de cupones, se esfuerza por conseguir nuevos clientes entre los asistentes a la JMJ, sin mucho éxito. "Los peregrinos no compran cupones, ni siquiera con el retrato del Papa. Sólo he conseguido vender uno a un chico de la JMJ", suspira resignado.
Entidades
El negocio de los 'souvenirs'