
El Papa Benedicto XVI ha llegado este jueves al atardecer al centro de Madrid para su primer encuentro con los miles de jóvenes, llegados de los cinco continentes para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se desarrollará hasta el domingo.
Escoltado por miles de jóvenes peregrinos reunidos a lo largo de su recorrido, el Pontífice llegó a la Puerta de Alcalá, donde fue recibido por el alcalde de la ciudad, Alberto Ruíz-Gallardón, que le hizo entrega de las llaves de la ciudad. Posteriormente, cruzó esta puerta junto a 50 peregrinos (10 de cada continente).
El Papa se ha dirigido en papamóvil junto con peregrinos de todo el mundo hacia la Plaza de Cibeles, donde tiene lugar el acto de bienvenida de los jóvenes, laLiturgia de la Palabra y el consecuente discurso del Papa.
"Llevar el mensaje a los que no creen"
El Papa ha pedido, en su primer mensajes ante el júbilo de miles de jóvenes participantes en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) congregados en la Plaza de Cibeles y las calles aledañas, que recen para que el mensaje de esperanza y amor de Cristo también tenga eco en los corazones de los que no creen o se han alejado de la Iglesia.
"El Señor nos ha congregado para vivir en estos días la hermosa experiencia de la Jornada Mundial de la Juventud. Con vuestra presencia y la participación en las celebraciones, el nombre de Cristo resonará por todos los rincones de esta ilustre Villa. Y recemos para que su mensaje de esperanza y amor tenga eco también en el corazón de los que no creen o se han alejado de la Iglesia", ha dicho ante el júbilo de los miles de asistentes.
Cientos de personas en Cibeles
Tras la ceremonia de bienvenida al Papa de esta mañana, miles de jóvenes de Paraguay, Venezuela, Cabo Verde, Hawaii, entre otros países, y de ciudades de España como Tenerife se han desplazado al centro de madrid para esperar al Papa Benedicto XVI llenando la calle de Alcalá hasta Cibeles.
A pesar del inmenso calor que ha hecho que los bomberos hayan tenido que usar mangueras para refrescar a los allí presentes, cientos de grupos de jóvenes católicos cogieron sitio en primera fila tras las vallas que se han colocado a lo largo de la calle de Alcalá.