La próxima Jornada Mundial de la Juventud que estará protagonizada por la visita del Papa Benedicto XVI ha suscitado todo tipo de críticas, tanto de cara al dispositivo organizado, como a los gastos ocasionados y la necesidad de reivindicar un Estado laico.
La visita de Benedicto XVI a Madrid que tendrá lugar el próximo martes está rodeada de polémica, puesto que varios colectivos han criticado el elevado gasto, más de 50 millones de euros, que va a provocar tanto el dispositivo de seguridad como la infraestructura y actos organizados para el evento.
Dentro de este presupuesto se enmarcan tanto el coste del escenario de 200 metros de largo en el aeródromo de Cuatro Vientos, las fuentes de agua y pantallas instaladas, así como las duchas en los colegios públicos empleados por los visitantes durante su estancia, según recoge AFP.
El Foro de Curas ha sido uno de los grupos que más ha cuestionado la postura de la Iglesia en cuanto al presupuesto fijado, sobre todo de cara a los pactos que se han llevado a cabo con diversas empresas patrocinadoras del evento, según explica lainformación.com.
Por su parte, la propia organización se ha defendido alegando que el 70% de los fondos obtenidos son a raíz de las donaciones de los fieles y voluntarios, y que el resto procede de donativos llevados a cabo por las empresas y particulares. Así mismo, han destacado el nivel que ingresos que generará a la ciudad gracias al gasto de los visitantes, que en las últimas horas ha sido cifrado en 428.505 personas, a pesar de que en un principio se pensó en la posibilidad de recibir en torno a los dos millones de asistentes.
Marcha laica
Sin embargo, otra de las críticas vertidas sobre el acto se centra precisamente en las reducciones en los precios de museos, transporte y otras actividades que los peregrinos obtendrán en Madrid, que implica una actitud política y económica de la visita del Papa.
Entre los problemas con los que se tendrán que enfrentar destaca la posible marcha laica que se está organizando para el día 17, que intenta promover la extensión de un Estado alejado de la religión. Uno de los conflictos fundamentales se ha centrado en el propio recorrido de la marcha, cuya intención era pasar por Tirso de Molina y Sol, sin embargo la propuesta de la Delegación del Gobierno, que estableció un recorrido alternativo por Lavapiés, no ha sido aceptada por lo que las negociaciones se mantienen.
Por su parte, el movimiento 15-M está también planteándose la posibilidad de convocar una manifestación contraria a la JMJ, ya que muchos sectores aseguran que los últimos desalojos y el impedimento de instalar un punto de información en la Puerta del Sol se han producido como parte de la "limpieza" de la ciudad. Sin embargo el llamamiento no ha sido hecho, por lo que se plantea la posibilidad de que acudan de manera individual sin representar a los indignados, según explica lainformación.com.
Problema en el transporte
La jornada también coincidirá con una huelga de Metro como protesta por el incumplimiento de la subida salarial, organizada para los días 18, 20 y 21 de agosto, por lo que coincidirá con la visita papal.
Unido a estos días de dificultades en el transporte subterráneo, el centro de la ciudad de Madrid quedará cortado al tráfico, por lo que el uso del coche tampoco será válido, ya que será restringido tanto a residentes como a visitantes y peregrinos. El Paseo de Recoletos y la Gran Vía quedarán totalmente cerrados al tráfico rodado durante los seis días de la JMJ.
Por último, entre las dificultades destaca también el clima. La organización ha previsto el calor habitual de Madrid en agosto, por lo que Benedicto XVI estará protegido por un gran árbol artificial que le dará sombra en el escenario. Sin embargo en caso de lluvia, que está descartada por los servicios meteorológicos, no hay previsión alguna.
El arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, ya pidió que se rezara para que no haga mucho calor.
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