
Ahora que el movimiento del #15M, la mayor movilización social de jóvenes en España de los últimos años, está en pleno proceso de transformación -tras levantarse la mayor parte de las acampadas- resulta curioso hacer un repaso sobre el origen del mismo: la indignación social espontánea de un grupo de gente que lucha contra un sistema en plena crisis de definición tras la debacle financiera... Y sobre la opinión que hay en algunos foros y webs sobre el hecho que dicho origen no es tan 'natural'.
La teoría de la conspiración -que es un clásico en Internet- no ha podido evitar hacer referencia a un fenómeno de tanta repercusión como el de los indignados.
Más allá de las 'leyendas urbanas', se han llegado a denunciar por parte de los propios activistas no sólo la presencia de policía 'secreta' sino incluso la de miembros de los servicios de inteligencia españoles.
Lo que no ha podido evitarse tampoco, debido a la proximidad de las movilizaciones con la cita electoral del 22-M, han sido todas las teorías de la conspiración sobre la Acampada de Sol.
¿A quién beneficia el #15M?
Las mismas han estado impulsadas por diversos foros y medios de comunicación. Unos, espoleados por la teoría del 'Qui Prodest?' -'A quién beneficia'- han querido ver la mano de diversas asociaciones ligadas a partidos políticos de izquierdas. Otros, directamente, han señalado al Gobierno -y, por supuesto, como diana de todas las conspiraciones, al vicepresidente y ahora candidato a presidente, Alfredo Pérez Rubalcaba-.
En otros casos, incluso, se ha llegado a mencionar que determinados portavoces o activistas pertenecen a 'think tanks'. Destacan, por ejemplo, estas imágenes emitidas por RTVE en el que uno de los supuestos 'portavoces' del movimiento sería, en realidad, un miembro de la Fundación Everis.
Volviendo a Rubalcaba, algún confidencial ha llegado a publicar que, en efecto, todo el 'movimiento' de Sol se preparó por encargo del mismo "con tres agentes del CNI, hombres de máxima confianza" encargados de 'movilizar' a la población dos semanas antes de los comicios tras constatar el actual vicepresidente las malas perspectivas del PSOE de cara a las elecciones.
¿Rubalcaba: culpable o inocente?
Si bien el medio no aporta prueba -y sí el desmentido 'oficial' del CNI al respecto- lo que sí que queda claro es que el movimiento de los 'indignados', de ser fruto de alguna conspiración, no ha conseguido sus propósitos: la debacle electoral de los socialistas habla, como poco, de un error de cálculo garrafal o, incluso, de equivocación de ser esta leyenda urbana cierta.
Por su parte, otras webs -obviamente de distinto signo político- argumentaban que la puesta en marcha de estos rumores no era otra cosa que un intento de atacar a Rubalcaba y era un montaje de "la derecha más reaccionaria" para intentar desprestigiar del nuevo candidato a La Moncloa.
Inocencio Arias, en un blog que escribe en un medio generalista, recordaba la pujanza de las teorías de la conspiración, al sacar a colación como más del 70% de los propios franceses creía que la detención de Strauss-Khan por intento de violación era un montaje de los enemigos del ya ex-director gerente del FMI -"pese", como recuerda Arias, al "historial" del personaje.
Una conspiración poco 'beneficiosa'
Quizás, como recuerda el ex diplomático, no debería haber mucho problema en que -y esta vez sí- el #15M -como se conoce en las Redes-, pasara a la historia como un movimiento claramente espontáneo. Ni IU -que efectivamente comparte principios con los mismos-, ni el PSOE -que aunque, efectivamente, se 'salvó' del ataque directo de los indignados pese a estar gobernando durante los últimos años, ha vivido un 22-M devastador- ni Rosa Díez e UPyD -el beneficio electoral ha sido claro, pero 'lateral'- o incluso el PP -también se ha visto la 'negra' mano de los conservadores según otros medios, debido a la necesidad de movilizar la abstención- han sacado nada en claro del #15M y sí un verdadero problema.
La fuerza del movimiento pese al paso de los días -como se demostró en la nueva manifestación de ayer- y el renovado debate sobre los políticos en España muestra que los grandes beneficiados no son, esta vez, los auténticos protagonistas de las 'leyendas urbanas' de Internet: los denominados poderes fácticos.