El 15 de mayo miles de personas se manifestaron en más de cincuenta ciudades en demanda de un cambio social y político, unas protestas que sirvieron de germen para que cientos de ciudadanos acamparan en plazas de todo el país, mirándose en el espejo de la Puerta del Sol, el corazón del Movimiento 15-M.
Casi un mes después, los llamados "indignados" pliegan hoy, en el caso de Madrid, sus tiendas de campaña y recogen los carteles y pancartas que les han acompañado durante 26 días para que el "kilómetro cero" recupere la normalidad, aunque algunos declaran su intención de permanecer "indefinidamente" en el campamento.
Un mayor número de indignados se resiste también en Barcelona a abandonar el campamento, a pesar de que el movimiento acordara anoche en asamblea levantarlo de la Plaza Catalunya.