
El número de turistas chinos que visitan España ha crecido un 500% en 10 años. No vienen buscando sol y playa, sino cultura y... fútbol.
Esta semana China ha vuelto a superar un nuevo listón en su imparable trayectoria de crecimiento. Oficialmente ya es la segunda potencia económica del mundo, tras rebasar a su vecino Japón, y según las estimaciones de un grupo de expertos del Banco Mundial, de mantener este ritmo, en 2025 podría desbancar a Estados Unidos y consolidarse en el primer puesto.
El dato no sorprende, teniendo en cuenta que el gigante asiático es, desde hace varios años, la fábrica del planeta. El made in China está presente en millones de artículos que luego se comercializan en los países occidentales. Y cuantos más productos fabrican, más se enriquecen. Así, en 2008 el Banco Comercial de China tenía registrados a 300.000 chinos considerados como millonarios, es decir, cuyas fortunas superaban los 10 millones de yuanes (algo más de un millón de euros al cambio). En abril del pasado año, el Informe de Riqueza Hurun situaba esta cifra en los 875.000. Y según datos de la oficina de Hong Kong para el desarrollo comercial en España y Portugal, China cuenta ya con una clase media de 200 millones de personas y una población urbana de 350 millones de habitantes.
Cada vez hay más chinos con más dinero. ¿Y en qué lo invierten? Entre otras cosas, en turismo. Se estima que sólo en 2010 este país emitió más de 55 millones de turistas. Y, según datos de la Organización Mundial del Turismo, en 2020 China será el cuarto emisor de turismo del mundo, con 100 millones de viajeros. Dentro de esas previsiones, España no quiere quedarse fuera del pastel. De hecho ya ha comenzado a observar un incremento del número de visitantes que recibe cada año de China. Si en 2000 sólo llegaron 15.000 turistas chinos, en 2009 ya eran 89.523, y de cara a 2012 el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo prevé alcanzar los 300.000. Es decir, que en los últimos diez años el número de turistas chinos que visitan España ha crecido un 500 por ciento.
"Ha aumentado, pero tampoco hablamos de grandes cifras, ya que a España vienen cada año 52 millones de turistas. Pero si se hacen las cosas bien, no cabe duda de que cada vez tendremos más peso en China como destino", dice Amadeo Jensana, director del departamento de programas económicos y cooperación de Casa Asia.
El cuarto destino europeo
En ese "hacer las cosas bien" que reclama Jensana, el ministerio cuenta con un plan específico de captación de turistas chinos. La iniciativa, denominada Plan Turismo China, tiene como último objetivo alcanzar en 2020 la cifra de un millón de visitantes procedentes de este país.
Aunque para ello tendrá que competir con otros destinos europeos que también intentan ganar cuota de mercado turístico con los nuevos ricos que buscan aprovechar sus fortunas viajando más allá de las fronteras de la Gran Muralla. ¿Qué tiene a a su favor España? Entre otras cosas, que forma parte del acuerdo ADS firmado entre China y la Unión Europea en 2004. Este acuerdo facilita la concesión de visados a grupos de turistas chinos (el régimen comunista sólo expende visados para salir al extranjero a grupos) para salir a destinos autorizados.
El Plan Turismo China del Gobierno pretende aprovecharse de ello. Por eso ha abierto dos oficinas de turismo en Pekín y Cantón, desde las que lanzar campañas de promoción con las que atraer al potencial visitante. Sólo el año pasado, ambas oficinas realizaron 73 actuaciones promotoras, participaron en cuatro ferias de turismo dentro del país comunista y trabajaron con 177 operadores de viajes chinos. En el último año, la inversión de promoción de España como destino turístico en China ha aumentado un 70 por ciento.
¿El resultado de este esfuerzo? Nuestro país se ha convertido en el cuarto territorio europeo más visitado por los chinos, tras Inglaterra, Alemania y Francia.
Sin avión no hay turista
Sin embargo, este optimismo cabe contextualizarlo en un marco más amplio. España, de momento, no puede competir como centro de atracción de visitantes chinos con los tres países de su entorno que tiene por encima (Inglaterra, Alemania y Francia). "Los chinos siguen prefiriendo ir a París", cuenta al respecto Jensana desde Casa Asia. Y aunque prefirieran visitar Madrid, Barcelona o Sevilla antes que la capital francesa, lo tendrían más difícil: "No tenemos conexiones aéreas directas con España".
José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de Exceltur, coincide en el mismo diagnóstico: "Todas estas expectativas que llegan desde los organismos oficiales conviene tratarlas con mucha cautela, porque lo primero que necesita España para atraer al turista chino es conectividad. El ciudadano chino que sale de su país y elige Europa como destino, no piensa en permanecer una semana de estancia en un único lugar, sino que realiza circuitos técnicos por varios países, en cada uno de los cuales pasa uno o dos días. Y España nunca será el arranque de ese circuito mientras no disponga de vuelos directos desde Pekín".
Ni sol ni playa: toros y fútbol
Existe otro aspecto en el que España debe intensificar sus esfuerzos si busca tener un pastel significativo en ese gigantesco pastel que será el turismo exterior chino en 2020: proyectar una imagen radicalmente distinta al clásico sol y playa. "Si alguien piensa que un chino va a venir a Benidorm a poner una toalla se equivoca", incide Zoreda. "El chino busca un turismo urbano, de compras y, sobre todo, de visitas culturales", añade al respecto Jensana.
Dentro de ese espectro de preferencias culturales, la imagen que de España se tiene en China está muy relacionada "con los toros y, muy especialmente, el fútbol". La historia, los monumentos, las fiestas tradicionales o el arte urbano de las grandes ciudades aún quedan lejos.
700 euros al día
"China es el cuarto país del mundo que más gasta en turismo exterior". Así comenzó Luciano Alonso, consejero de Turismo andaluz, su intervención durante un acto celebrado en Shanghai recientemente. Ese gasto asciende a más de 35.000 millones de euros, y en el último año el dinero que cada turista chino se deja en el país de destino que visita se ha incrementado un 21 por ciento. ¿Es por tanto rentable incrementar el esfuerzo por atraer al visitante del 'gigante asiático' hacia destinos españoles? "El perfil del turista chino es el de alguien que se gasta aproximadamente 700 euros por cada día que pasa fuera", señala Amadeo Jensana, director del departamento de programas económicos y cooperación de Casa Asia. Se lo gastan, fundamentalmente "en compras y cultura". Pero eso no significa que todo chino que pise suelo español para disfrutar de sus vacaciones vaya a exprimir su tarjeta de crédito en los hoteles y tiendas de las grandes ciudades. "El chino es un turista muy similar al que fue el japonés que llegaba por primera vez a Europa", matiza el vicepresidente ejecutivo de Exceltur, José Luis Zoreda: "En una semana quieren recorrer tres o cuatro países, pasando por muchas ciudades. Si tienen que elegir, van a apostar por aquéllas que más les suenan, como París, Milán, Florencia o Berlín. De España lo único que tiene, hoy por hoy, atractivo para ellos es Barcelona, Madrid y Andalucía". Zoreda cree que "hacer campañas para pretender que un chino venga a Benidorm a tomar el sol es tirar el dinero. El turismo de litoral no les gusta".