
A fumar a la calle. Esta es la obligación que tienen los clientes de bares y restaurantes que quieren fumarse un cigarrillo con sus consumaciones y que ha despertado un nuevo fenómeno: las terrazas de invierno.
Ante tal coyuntura los propietarios hosteleros se han visto en la obligación de reaccionar para mejor la acogida de sus consumidores y evitar así la perdida de clientes.
Esta situación ha disparado la venta de estufas exteriores. Estos aparatos, que se sitúan en las puertas de los locales, mejoran las condiciones de los fumadores para tolerar el frío invernal mientras apuran los cigarillos.
Estufas agotadas por su alta demanda
Las estufas exteriores se están convirtiendo en un bien preciado para el sector de la hostelería hasta tal punto de agotarse sus existencias. Ni el elevado precio de estos aparatos, rondan los 250 euros, han echado para atrás a los propietarios de locales.
"Todos los mayoristas estamos sin stock, todos", explica en El Mundo Iván García, el jefe de compras de Butsir, empresa que ofrece todo lo relacionado con el gas y que cuenta con el monopolio de la bombona camping gas. "Compramos un 10% más, porque teníamos previsiones de aumentar bastante las ventas de estufas de terraza; pese a ello, nos hemos quedado cortos", relata García.
Desde la puesta en marcha de la nueva ley del tabaco, las ventas de calentadores exteriores habrían crecido más de un 175%. Esa demanda ha rebosado las expectativas de los mayoristas. "Éramos optimistas, porque estamos atentos a los cambios en la ley, pero francamente no pensábamos en tantas ventas ni en que fuéramos a recibir tantas solicitudes de presupuestos de calentadores exteriores en tan pocos días", han confesado a ese mismo periódico fuentes del sector.