Ningún Gobierno había logrado antes frenar tan en seco el gasto público en medicamentos. Tanto que parece que se ha pasado de frenada. Y es que el capítulo farmacéutico, que cuesta 12.297,7 millones de euros anuales en recetas públicas sin incluir el desbocado gasto hospitalario (cerca de 6.000 millones), cerrará el año por primera vez en crecimiento negativo.
Es lo nunca visto en un sector acostumbrado a crecer a tasas de dos dígitos entre 1996 y 2003. Pero son otros tiempos. El Ministerio de Sanidad certificó el miércoles una caída del gasto interanual en noviembre del 1,26%, por lo que el retroceso puede rozar el 2% a final de año.
A la industria farmacéutica, que emplea a 40.000 personas en España y, de forma indirecta, a 160.000 más, no le coge por sorpresa. El ex presidente de Farmaindustria, Jesús Acebillo, ya advirtió en mayo de que los recortes de precios de marzo y la aplicación posterior de un descuento del 7,5% sobre las ventas de toda la cadena del medicamento adoptados por el Ejecutivo condenaban al sector a "entrar en pérdidas por decreto-ley".
Ajustes de plantilla
Dicho y hecho. Grandes laboratorios como Roche, Sanofi-Aventis, Astra Zéneca o Abbott, entre otros, se han embarcado en duros ajustes de plantilla, que han salpicado a sus filiales españolas. Cerca de mil empleos se han perdido hasta la fecha y Farmaindustria cree que se pueden destruir 5.000 empleos directos más y 15.000 indirectos, además de cerrarse laboratorios y reducir la inversión en I+D en los próximos años.
Ni los fabricantes de genéricos se han salvado de la quema. El director general de Aeseg, Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda, asegura a este diario que "ha sido un año crítico, con tres bajadas de precio que están obligando a las empresas a congelar sus inversiones y planes de desarrollo".
El portavoz de la patronal de genéricos reconoce también que las bajadas "han sido una oportunidad para las comunidades autónomas de fomentar el uso de genéricos", si bien el sector sigue estancado en una cuota de mercado del 7,5%, pese a crecer en unidades, por la agresiva política de precios del Gobierno.
Hasta ahora, este ha sido el único instrumento de contención del gasto ensayado, por lo que muchos medicamentos están a precio de gominolas. Es una de las razones por las que el consumo de recetas sigue creciendo a pesar de las variopintas y polémicas medidas de control adoptadas por las regiones, caso de Galicia, Andalucía, Cantabria, Aragón o País Vasco.
Cierre de farmacias
La onda expansiva también ha golpeado con fuerza a las farmacias. La presidenta del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, Carmen Peña, cree que los decretos del Gobierno "han deteriorado la economía de las farmacias", hasta el punto de ver con preocupación la viabilidad de muchas de ellas, que ya devuelven al Estado más de 500 millones en ventas en virtud de un decreto del año 2000.
Cerca de 3.000 farmacias de una red de 21.166 boticas podrían cerrar, según el estudio del Consejo remitido a Sanidad.
Y lo peor está por venir. La repercusión de los dos reales decreto ley sólo se ha dejado sentir a partir del segundo semestre del año, por lo que el descenso del gasto en 2011 puede rondar el 6-8% si se tiene en cuenta la nueva orden de precios de marzo, según fuentes consultadas de la industria.
Los farmacéuticos andaluces calculan de hecho que la facturación de las boticas puede menguar un 10% en 2011, ya que el gasto en recetas apenas supone un 20% de los presupuestos públicos en salud.