El secretario general de UGT, Cándido Méndez, ha aprovechado su intervención en la fiesta de la minería astur-leonesa de Rodiezmo para justificar la huelga general del 29 de septiembre y para rebelarse contra una política del Gobierno que considera que es "un canto a la impotencia y la resignación".
Ante la ausencia en este acto del jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero -habitual en ediciones anteriores-, ha sido Méndez el encargado de cerrar los discursos de la jornada.
Méndez ha reconocido que la fiesta de Rodiezmo se ha celebrado este año en una coyuntura muy difícil, pero ha advertido de que él no iba a guardar silencio porque UGT no puede facilitar que se tiren por la borda los derechos de los trabajadores.
Respecto a la reforma laboral ha advertido que no deja a nadie a resguardo y ha sido una apuesta por el despido, y ante la posibilidad de que se retrase la edad de jubilación a los 67 años ha hecho hincapié en que ese no es el camino.
"Están a punto de hacer trizas el Pacto de Toledo y le están dando en bandeja el discurso a la derecha", ha lamentado antes de considerar que el líder del PP, Mariano Rajoy, guarda muchos silencios porque cree que es mejor limitarse a recoger "los frutos de la deriva del Gobierno".
Frente a la política por la que está apostando el Ejecutivo, Cándido Méndez ha defendido una alternativa que pasa por la fiscalidad, ya que considera un error que se hayan suprimido impuestos como el del Patrimonio (con el que dicen que se podría haber pagado la subida de las pensiones) y cree que los empresarios "tributan al fisco como si fueran mileuristas".
Méndez, quien ha defendido el futuro del sector de la minería, ha recordado que todo el mundo decía hace un año que había que tomar decisiones como la regulación de los mercados financieros y, ahora, muchos se han echado atrás.