España

Duran i Lleida: "Ojalá me equivoque, pero creo que Zapatero agotará la legislatura"

El nacionalista democristiano Josep Antoni Duran i Lleida es un político serio, solvente y creíble, nada inclinado hacia los golpes de efecto, pero consciente de que la atención de los españoles se centra ahora intensamente en su persona. Es sabedor de que la opinión pública, en estos momentos de profunda crisis económica y política, le concede no sólo un relevante papel arbitral, de portavoz del sentido común político y de los conocimientos rigurosos en el campo crucial de la economía. En el Congreso de los Diputados, el político más valorado por los ciudadanos, según el CIS, se mueve como pez en el agua y es, al mismo tiempo, admirado y temido.

¿Qué sería necesario para conseguir la credibilidad imprescindible que debe tener la reforma laboral?

En primer lugar, hay que precisar que llega tarde, debería haberse hecho en tiempos de bonanza. Incluso el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, lo ha reconocido. Es responsabilidad del Gobierno y llega sin acuerdo social. También en este sentido se ha perdido una gran oportunidad. Seguro que habrá algo de responsabilidad en la patronal y en los sindicatos, pero el máximo responsable es el Gobierno y su presidente. Le ha faltado capacidad y liderazgo para llegar a gestionar un final feliz.

¿Se puede esperar que cree empleo una reforma laboral polémica e insuficiente?

Esta reforma laboral, hay que decirlo claro, no va a crear empleo a corto plazo. Lo que creará a corto plazo es confianza en los mercados interiores y exteriores, que son los que han dirigido la reforma del Ejecutivo. A medio y largo plazo sí puede crear empleo. Dicho todo eso los contenidos actuales de la reforma laboral creemos que son sustancialmente mejorables. En los términos escritos en el real decreto ley no es eficaz para los empresarios, ni es justa para los trabajadores. En el trámite de enmiendas debería acercarse la negociación colectiva a las empresas para que, mediante el acuerdo en el término de las mismas, puedan descolgarse de las cláusulas de convenio, sea a nivel estatal o a territorial. Soy muy consciente de que el artículo 37 de la Constitución da fuerza legal a los convenios, pero existen fórmulas que permiten conciliar el respeto a la Constitución y la mejor flexibilidad de las empresas. También debe abordarse el absentismo que el Gobierno trató con patronal y sindicatos pese a que nos dijo que no. Participamos también en que dé cobertura a los contratos a tiempo parcial, pero contemple otras figuras, como el teletrabajo.

¿Qué puede decir respecto a las reformas estructurales?

De momento se ha hecho una, la de reducción del déficit público, y otra que está en trámite, la laboral. Nosotros facilitamos, con nuestra abstención, que fuera aprobada la rebaja de déficit. Pero no compartimos parte de su contenido. Por lo demás, creemos que el Gobierno ha actuado mal al tomar decisiones de pensiones fuera del Pacto de Toledo. No obstante, es bueno que la sociedad entienda que si CiU fue consciente de que, con su abstención, facilitaba que se tomaran esas medidas, dictadas e impuestas desde la UE, era para evitar que nuestra economía pasara a un estadio aún más difícil, al estado de una economía intervenida como Grecia.

¿Hay motivos para temer la caída de nuestra economía en un pozo aún más profundo, en la estela de Grecia?

En cualquier caso, lo que hay que evitar es caer todavía en ese pozo más profundo, aún es posible. Insisto, España no es Grecia, pero si no hacemos los deberes, podemos acabar siéndolo y entonces el problema no sería sólo para España, sino para el resto de Europa. Si con la crisis griega el euro se tambaleó, qué duda cabe que con una intervención de la economía española el euro todavía sería objeto de más especulaciones. Hay que tener presente que de lo que se trata fundamentalmente es de poder llegar a final de mes y poder cobrar la nómina y poder pagar las pensiones.

¿Qué mensaje de esperanza puede recibir la sociedad sin perspectivas de creación de empleo?

Éste es el estado de nuestra economía y hay que sacarla de esta situación, y por tanto remontarla. Pero no es suficiente con la reducción del déficit y la reforma laboral. Crear empleo es fundamental de cara a la situación de la economía. Hay que crear medidas puntuales a corto plazo que suplan la ineficiencia que tendrá la reforma laboral en esa fase inicial y habría que premiar a las empresas que mantuvieran o crearan empleo, por ejemplo, mediante la reducción de dos puntos en la cuota de la Seguridad Social. Habría que tratar fiscalmente de manera distinta los beneficios obtenidos en el marco de las empresas que se reinviertan en las mismas, un tipo de ampliación de capital que tenga como objetivo reforzar la musculatura financiera de las empresas y hacer un plan de ayudar a la internacionalización de las empresas.

En suma, el acento debe ponerse en la creación de empleo...

Desde luego. Si realmente ayudamos y estimulamos el crecimiento económico mediante la creación de empleo estamos asegurando que se pueda reducir el déficit mediante la generación de ingresos porque dejamos de pagar el subsidio del paro, esa persona crea ingresos por IRPF y va a consumir más, generando por tanto ingresos en IVA y Sociedades.

En ese marco de reformas, ¿qué otras cuestiones reclaman ahora urgente atención?

España tiene una dependencia energética del 80 por ciento y Zapatero ha ideologizado el debate queriendo presentar las renovables como una apuesta progresista, frente a la energía nuclear. España debe dotarse de un mix energético para los próximos 30-35 años donde, sin duda, deben tener presencia las renovables, pero también la nuclear. No tiene sentido continuar dependiendo del exterior y comprando cara la energía nuclear a Francia. La clave es la competitividad.

¿Es el momento adecuado para una subida de impuestos?

No somos favorables de subir impuestos en estos momentos, pero no somos demagogos y, por tanto, no nos oponemos per se a su incremento. El alza del IVA del 1 de julio es un error porque castigará el consumo. La subida de impuestos que se está produciendo en comunidades gobernadas por los socialistas, con el argumento de que se suben los impuestos a los ricos, es pura demagogia. Si realmente se considera que las rentas ricas son las ganan 60.000 euros procedentes del rendimiento del trabajo, incluso 80.000 ó 120.000, se está engañando. A quien realmente afecta esta subida es a las clases medias. En el caso catalán, se ha subido el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y AJD justo cuando empieza de manera muy ligera una cierta recuperación inmobiliaria.

¿Cómo se va a conseguir un ajuste presupuestario creíble para los mercados sin tocar apenas el Estado de Bienestar y sin quitarle a las autonomías la mitad de la gestión del gasto público?

La reducción del gasto debe afectar también a las autonomías y a los ayuntamientos, pero reconozcamos que el gran peso del gasto público está en manos de la Administración del Estado. Va a ser posible un ajuste presupuestario y va a ser posible recuperar nuestra economía. Asumimos que no podemos continuar en los mismos términos la sociedad del bienestar. No se puede esperar todo del Estado. Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades.

¿Es creíble y viable un ajuste que no vaya acompañado de la normalización del funcionamiento del sistema de crédito?

Hoy desgraciadamente el crédito no llega ni a las pymes ni las familias, y es más fácil obtenerlo a través de las grandes empresas, aunque también con muchas dificultades. Eso no va a corregirse hasta que no se lleve a cabo una auténtica reforma del sector financiero español.

¿Dará CiU el plácet a una política económica que pospone todo hasta 2012, año al que Zapatero quiere llegar con un Gobierno agotado?

CiU está intentando, aunque a veces no lo entiende todo el mundo, no salvar a Zapatero, sino salvar a la economía española de males mayores. Aunque reitero que nuestra situación no es comparable hoy y espero que no lo sea nunca con la situación griega, tampoco son fundados los rumores que hablaban de una intervención de la economía española. Creemos que todavía no es el momento oportuno para convocar elecciones. De convocarse ahora dejaríamos al país sin Gobierno cinco meses, justo los meses vitales que se necesitan para tomar decisiones fundamentales para que nuestra economía no vaya a peor. Yo nunca he visto en plena campaña electoral a ningún político prometer sacrificios. Una vez acabe este periodo de reformas, Zapatero debería convocar elecciones. Ya le hemos dicho que no le vamos a dar apoyo a los Presupuestos.

¿Mantendrá CiU ese compromiso público con la ciudadanía de no apoyar los Presupuestos?

Felipe González ha dicho que yo era un irresponsable por decir que no íbamos a apoyar los Presupuestos antes de conocerlos. Quiero recordarle que él debería entender mejor que nadie lo que está diciendo CiU. Recuerde que a González le apoyamos desde 1993 a 1996 para que cumpliera la presidencia de la UE a pesar del GAL, el caso Rubio, Roldán. Ahora no estamos apoyando a Zapatero como en su día apoyamos a Felipe pero evidentemente sí estamos permitiendo que saque adelante esas reformas económicas que el FMI y la UE le solicitan.

¿Cree que Zapatero sobrevivirá políticamente al debate de los Presupuestos Generales?

No es nuestro deseo, pero yo estoy convencido de que Zapatero va a encontrar apoyos parlamentarios para aprobar los próximos Presupuestos y tengo la absoluta sensación, ojalá me equivoque, de que Zapatero va a llegar al final de la legislatura. Nosotros entendemos que el primer semestre de 2011 ha de ser un periodo para dar la palabra a los electores y si sale elegido de nuevo Zapatero, tendría un mandato renovado. Quiero recordar lo que dijo el presidente de la Junta de Andalucía "que Zapatero sea malo no hace bueno a Rajoy".

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