
Aunque hoy mismo El Periódico de Cataluña publica una encuesta, realizada tras el ajuste de Rodríguez Zapatero, según la cual si ahora se celebraran elecciones el PP rondaría la mayoría absoluta y el líder de la oposición sobrepasa por primera vez al presidente del Gobierno, en el seno del PP las aguas no están quietas.
El motivo más inmediato de malestar es el voto en contra del decreto-ley de reducción del gasto, el pasado jueves, en el Congreso de los Diputados.
Se piensa que Rajoy, apenas preocupado por destruir a su adversario, ignoró los intereses generales del país al votar negativamente, poniendo así en riesgo una medida exigida por nuestros socios europeos y por los mercados de la que dependían la credibilidad de España en la comunidad internacional, la cotización de la deuda española e, indirectamente, la estabilidad del euro.
Enfrentamiento con Merkel
Se confirma que Merkel intervino personalmente ante Rajoy para exigirle que no obstaculizase el recorte, por lo que el líder del PP se ha enfrentado abiertamente al PPE.
El sector crítico, aglutinado por algunos 'barones' que en alguna medida rivalizan con el propio Rajoy, cree que el discurso que tenía que haber pronunciado Rajoy debió asemejarse al de Duran i Lleida, quien, a pesar de la proximidad de las elecciones catalanas, lanzó severas críticas sobre la estrategia de Rodríguez Zapatero y sobre el contenido del ajuste pero, por superiores razones, prestó su abstención para que la medida prosperase y España no cayera en el agujero negro de la intervención, como Grecia.
Interés particular
Tampoco entienden estos políticos que Rajoy critique ahora a Duran y pretenda defender su posición, que ha permitido a sus adversarios afirmar, y con razón, que ha antepuesto su interés particular al interés general del país.
Estos sectores descontentos, que sin embargo guardan lealtad a la organización y no van a dar la batalla interna (al menos, no lo harán de forma que trascienda a los medios), no creen que, como afirma Arriola (el asesor áulico de Rajoy), Rodríguez Zapatero esté acabado o que vaya a convocar elecciones anticipadas.
No confían en la victoria de Rajoy en 2012
Piensan en cambio que ZP se repondrá, conseguirá pactar con cierta facilidad los presupuestos del Estado para 2011 -gracias al PNV y a CiU, ya que esta coalición gobernará Cataluña tras las autonómicas de noviembre- y llegará a las elecciones generales en un momento en que la recuperación asomará con claridad en el horizonte.
En otras palabras, un sector relevante del PP cree que Rajoy, con su táctica de esperar sentado a que pase ante su puerta el cadáver de su enemigo, no ganará las elecciones del 2012. Ésta sería entonces la ocasión de que los eternos aspirantes planteen su candidatura a la presidencia del PP, que habrá perdido tres legislaturas en blanco.