Un "militante de base". De poco han servido sus siete años de presidencia en Baleares o haber sido ministro de Medio Ambiente. Así es como ahora define la dirección del PP balear a Jaume Matas, un líder a quien nadie se atrevía a discutir y que hoy declara solo ante el juez, sin el apoyo de ningún compañero de partido, por el "caso Palma Arena".
Coincidencia o no, el caso es que el actual presidente del PP de unas islas asoladas por la corrupción, José Ramón Bauzá, está a miles de kilómetros -en Argentina- para asistir a un encuentro internacional del Partido Popular.
La única compañía ha sido la de su mujer, Maite Areal; su cuñado, Fernando Areal; y el ex presidente de Gesa, Bartomeu Reus, imputados todos en esta causa en la que se investiga el supuesto enriquecimiento irregular del ex presidente balear, la financiación del PP de las islas y el incremento en la construcción del velódromo Palma Arena.
Los populares, comprometidos en la causa
Según fuentes del PP consultadas por EFE, un grupo de militantes estaba dispuesto a acompañar al ex presidente en su entrada a los juzgados, pero él mismo no ha querido "comprometerles" y sus abogados no eran partidarios de "espectáculos mediáticos".
El ex presidente y su mujer han llegado poco antes de las nueve de esta mañana a los juzgados de Vía Alemania de Palma sin más compañía que uno de sus abogados. A la entrada, además de cámaras y fotógrafos, le esperaban un grupo de personas que le han abucheado y gritado "a la cárcel", "chorizo", "queremos el dinero" o "Matas zoquete, devuelve el palacete", en alusión a la vivienda de lujo que compró en el centro de Palma antes de las pasadas elecciones autonómicas.
Matas y su mujer vestían con elegancia acompañados por un rostro serio cuando han subido a la segunda planta de los juzgados -hace años, el colegio religioso La Salle- custodiados por un corpulento guardia de seguridad que les abría paso.
La misma gravedad en la mirada tenía el titular del juzgado número 3 de Palma, José Castro, cuando ha llegado a su lugar de trabajo para exigir explicaciones a Matas por la causa judicial más importante de la historia democrática de las Islas Baleares, dado el número y la relevancia de los imputados.
El segundo gobierno de Matas, ante la lupa
El segundo "gobierno Matas" (2003-2007), el periodo investigado, supuso un significativo avance en infraestructuras incomparable a otras legislaturas: carreteras y autovías, tres nuevos hospitales, centros de salud y escuelas, renovación o apertura de depuradoras, el estreno del metro de Palma o el Palma Arena, aunque se discuta la utilidad de un velódromo.
Pero el ansia electoral por cortar la cinta del "nuevo pantano", que en ocasiones acusan los políticos, supuso para su ejecutivo un desgaste por las prisas y sus consecuencias.
Como ejemplo, el metro de Palma se inundó en varias ocasiones por las lluvias otoñales a los pocos meses de inaugurarse -se le llamaba sarcásticamente el "submarino"- y se tuvo que cerrar y gastar millones de euros para arreglar el desajuste.
Deficiencias en la pista
El Palma Arena, que costó el doble de lo presupuestado (110 millones), abrió sus puertas a comienzo de 2007 para acoger el mundial de ciclismo. Tres años después aún carece de la necesaria homologación de la Unión Ciclista Internacional (UCI) por las deficiencias de su pista.
Ese mismo año, se celebraron las elecciones autonómicas. María Antonia Munar (UM) no quiso pactar con Jaume Matas (PP) a pesar de que los populares se quedaron a un escaño de la mayoría absoluta. Los tres diputados de UM hicieron una vez más de "bisagra" y se decantaron por un "sextapartido" de centro izquierda para gobernar la Comunidad.
Casi cinco años después, ambos líderes indiscutibles se ven acosados por diversas imputaciones judiciales de las que tendrán que defenderse. A pesar de lo que están publicando los medios de comunicación, muchísimo y difícil de seguir, solo la Justicia determinará su inocencia o culpabilidad.