La presión le ha jugado una mala pasada al presidente valenciano. Las desafortunadas declaraciones de hoy en las cortes valencianas en las que ha asegurado que a "los socialistas les gustaría verle boca abajo en alguna cuneta" le fuerzan a rectificar y pedir perdón. "Me gustaría pedir disculpas si he herido la sensibilidad de alguien, que entiendo que pueda ser así", ha apuntado.
El presidente ha atribuido estas declaraciones al "calor del debate parlamentario". No obstante, ha instado a los socialistas a seguir su ejemplo: "Me encantaría que pidiesen públicamente disculpas por la cantidad de insultos y de infamias que han proferido a mí y a mi persona durante estos meses. Creo que el debate político tiene que enmarcarse en el entorno que corresponde".
"He estado callado"
"A mí no me duelen prendas en pedir las disculpas que me corresponden", ha insistido el presidente del PP valenciano, que ha destacado el comportamiento que ha mantenido hasta ahora: "Todo el que me conoce sabe perfectamente que he oído las cosas más duras durante estos meses y he estado callado y donde me corresponde".
Por eso Camps ha pedido un cambio de actitud en la oposición para comenzar "una época y una etapa completamente diferente". "Creo que sería muy bueno para todos", ha concluido.
¿No soporta la presión?
Si bien, las desafortunadas declaraciones no han hecho más que avivar los ataques socialistas sobre el presidente, seriamente debilitado tras la destitución de Ricardo Costa y la trama Gürtel. Así, el ministro de Fomento ha asegurado que Camps "demuestra su nerviosismo y su pérdida de control del debate político".
Leire Pajín, secretaria de organización del PSOE ha ido más allá y ha aprovechado las declaraciones para decir que "hace tiempo que Camps había perdido la razón y las razones para seguir al frente del Gobierno". Si bien, la socialista ha asegurado que "Camps ha perdido el juicio y si no rectifica es una peligro para la convivencia de todos los valencianos".
Fuentes populares se han mostrado desconcertadas tras estas declaraciones y, aunque de cara a la galería no hacen comentarios, en privado reconocen que a Camps le ha podido la presión y que el caso Gürtel le está pasando una factura personal.