España

La crisis no sale de casa

La crisis en casa. ¿Cómo convivimos con ella? Cada uno de nosotros se adapta de una u otra manera a la situación, pero sale adelante: desayuno en casa, la vuelta de la tartera, café solo y sin postre, una caña mejor que dos, cine en casa, botellón familiar, peluquería casera, el regreso de la lista de la compra, paseos... Ningún sitio para observar la crisis que en casa, en donde ahora pasamos más tiempo que nunca.

Desayuno en casa

La crisis se levanta temprano. Y comienza el día con el desayuno. Sí. Ahora desayunamos en casa. Y menos fuera. Ahorro o muerte, el lema cubano para gastar menos energía. Aunque aquí se trata de dinero. De euros. Aunque no todos lo tienen tan claro, al menos en el café y media tostada. "No estamos notando mucho los efectos de la crisis. El desayuno es algo esencial para empezar el día. Además, al tratarse de algo muy barato, la gente no escatima en ello. Asimismo, los clientes saben apreciar la calidad de un buen producto y repiten", afirma José Miguel Navas, encargado de la Churrería-chocolatería Ramón, en el casco histórico de Marbella. Pero no en todos los lugares es igual. Pregunto. "Hay quienes ahora se limitan al café de mediodía, sin bollos, ni churros", responde Luis, en la cafetería Alcázar, en la calle Toledo de Madrid. "Te puedes privar de comprarte algo de ropa, pero un euro para el café diario siempre tenemos, ¿o no?". El problema es que, por eso mismo, ha subido. Entre 1 y 1,70 euros. Y, de paso, a leer el periódico en el bar.

Coche compartido

El buen precio de la gasolina, comparado con el año pasado al menos, ha mantenido el uso del vehículo privado, pero provocado un mayor uso compartido, tanto entre compañeros de trabajo o familiares. El coche sigue siendo el modo de transporte más barato. Sobre todo los fines de semana y en actividades de ocio. En Madrid, según la DGT, sí se nota un menor tráfico diario, pero sábados y domingos se mantiene como años atrás. ?En momentos de carencia, renunciamos al coche para ir a la oficina, pero no para salir", explica Jacobo Díaz Pineda, director general de la Asociación Española de Carreteras (AEC). Si bien, uno de cada tres madrileños usa menos el coche y las gasolineras, por ejemplo, se resienten, dado que han perdido hasta el 25 por ciento de su facturación. Según los datos del Ministerio de Fomento, lo que ha caído en picado, entre un 5 y un 29%, es la facturación de las autopistas de peaje. Si bien unos 150.000 madrileños han cambiado el coche por el transporte público para ir y volver de su puesto de trabajo, paradójicamente ha caído el uso del autobús, metro y Cercanías en Madrid hasta en un 11%, dato que sólo se explica ante la evidencia: salimos mucho menos.

En busca del segundo empleo

La situación económica obliga a muchos trabajadores a doblar la jornada y buscar un segundo empleo para salir adelante. La disminución de horas extra, las jornadas intensivas o la reducción de horarios, provocadas por los ajustes en el empleo a causa de la crisis, han permitido que muchos asalariados tengan tiempo parados empleos. El 54% de los trabajadores admite no tener suficientes ingresos y busca un empleo complementario, frente al 10% del año pasado, según una encuesta de la Empresa de Trabajo Temporal (ETT) Randstad, que ha entrevistado a más de mil personas. La paradoja es que hay menos trabajo que nunca.

El ejemplo es otra ETT, Adecco. El sector de las empresas de trabajo temporal registró para este año una caída de las contrataciones entre el 45 y 55% en Andalucía en los meses de verano por efecto de la crisis, según indicaron a Europa Press fuentes de Adecco Andalucía, que resaltaron que, en el caso concreto de Adecco, esa bajada ha sido menos pronunciada, por debajo del 40%.

Estas explicaron que se ha reducido la contratación en época estival "aunque la realidad no ha sido tan mala como teníamos en nuestras previsiones". No obstante, las contrataciones eventuales se han reducido así a la mitad en relación con el verano pasado. Por ejemplo, en los bancos.

Bancos vacíos

El paisaje en un banco es diáfano. Apenas hay clientes y atienden menos empleados que de costumbre. En una sucursal de Bankinter en Cádiz afirman: "En verano siempre hay poca actividad, pero este año es menor que nunca.

Y es que, según afirman, dinero para conceder préstamos hay, lo único que faltan son proyectos realmente importantes para invertir. También para créditos personales. "Lo que ocurre es que hay un poco de psicosis. Es cierto que las condiciones son más exigentes, pero se están dando".

Lo que es innegable es que ha habido un descenso brutal en el número de solicitudes. Lo cierto es que el ciudadano medio, ya hipotecado, ha visto cómo se le cierra las puertas de créditos al consumo que antes tenía abierta: eso significa que, entre otras cosas, se acabaron los lujos. El gasto se ciñe a las posibilidades reales de gasto. Y es que el porcentaje de financiaciones con problemas de cobro alcanzó el 17,54% en créditos al consumo y el 13,70% en automoción, según datos de la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito (Asnef).

Pero también está la otra versión: "Hasta hace dos días como quien dice prácticamente las financieras aceptaban todas las peticiones de financiación, hoy lo hacen en una de cada tres y con exceso de celo. Eso nos está limitando el mercado como nunca", explica el gerente de un concesionario de coches en Cádiz capital. En cualquier caso, el consumidor está tomando conciencia de qué acumulando intereses no escapa de la crisis. Por ejemplo, el cambio de actitud hacia las tarjetas de crédito, cuyo empleo se ha reducido drásticamente.

Sin pisar el restaurante

Los españoles han pasado de la euforia al pánico en el consumo, se han entregado al fenómeno del bajo coste y han comenzado a ahorrar en pequeñas cosas, como comer en casa. Hasta en un diez por ciento ha aumentado el número de españoles que ha dejado de comer fuera de casa. Incluso en vacaciones.

Crece de nuevo el uso de la tartera, el tradicional costo o el bocadillo. Al trabajo ya vamos con el tapeware con la comida: ensalada o pasta, casi siempre. La Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) advierte que más de 5.000 bares y restaurantes podrían cerrar sus puertas tras el verano como consecuencia de la actual crisis económica. El menú incluso ha bajado de precio, pero hay menos clientes.

Quien puede va ahora siempre a casa a comer. Sobre todo pan, cuyo consumo ha crecido hasta en un diez por ciento, frenando el descenso que venía registrando en nuestra dieta desde hace veinte años. Pero no sólo de pan vive el hombre: la responsabilidad y la racionalidad del consumo alimentario han vuelto de la mano de la crisis. Vamos hacia un consumidor más prudente.

Compra planificada y sin impulsos

Ésta es una de las conclusiones a la que han llegado cuatro estudiantes de la Escuela Superior de Comercio y Distribución de Barcelona (Escodi) que, por encargo de Caprabo, han analizado cómo han variado los hábitos de consumo en 50 años. "Comemos los mismos productos pero hemos cambiado la manera de comprar", explica Albert Vinyals, profesor de Psicología Social de Escodi y director del informe. Ahora la compra "se planifica más" y no se tienen tanto en cuenta los "impulsos". Además, en vez de llenar las cestas o carritos hasta arriba, los consumidores prefieren verse obligados a volver a supermercado con frecuencia que sentir que están malgastando.

Curiosamente, "el gasto semanal apenas ha bajado de media un euro", indica Viñals. Sin embargo, la guerra de precios emprendida por las grandes superficies hace pensar en que el ahorro es aún mayor.

De hecho, el consumo en las grandes superficies cayó un 10,6% el pasado abril, según datos del INE. Hay que atraer a los clientes como sea. La crisis la ha abaratado, ya que las cadenas de distribución han bajado los precios de los productos de alimentación un 3,2% de media durante el segundo trimestre del año respecto al trimestre anterior, según la tercera oleada de datos del Observatorio de Precios del Comercio Minorista, presentada por la secretaria de Estado de Comercio, Silvia Iranzo. Más motivos para cocinar en casa. Y ahorrarse hasta la cerveza.

Comer sin vino ni postre

"La gente sigue saliendo y este verano viajará. Sin embargo, su presupuesto es menor. Por ejemplo, en vez de tomarse dos copas se conforman con una y pocos se salen del menú. Esto provoca la caída de los ingresos también en la hostelería", explica José Luis Guerra, adjunto a la presidencia de la Federación Española de Hostelería (FEHR).

Este recorte se hace palpable en el consumo de cervezas. La venta de esta bebida (que, junto con el café, es la más demandada por los españoles) sufrió un descenso del 7,3% en los establecimientos hosteleros durante 2008, según un informe de Cerveceros de España. Desde la FEHR se asegura que en 2009 podría llegar a caer más de un 10%.

"Los que peor lo están pasando son los restaurantes de nivel medio y alto, que viven sobre todo de dar servicio a las empresas. Llevan meses duros por el recorte de gastos en las compañías", según Guerra. Eso se traduce en menos empleo, menos comensales y recorte en la carta cuando el postre es un lujo. También el vino cae por los suelos, en el restaurante (su precio es hasta 400% superior al de venta en bodega) y en casa, en donde su consumo se ha recortado hasta un 6,7%. Las ventas de un vino en auge, como el de Toro, por ejemplo han decaído hasta un 20 por ciento.

Economía sumergida

Cádiz es la cuarta provincia con más actividad ilegal del país, según el Consejo Económico y Social. Sólo en 2008, las multas por infracciones por actividad ilegal crecieron un 13%. Y este se prevé, incluso, que la cifra se duplique pese a las inspecciones de Trabajo. La hostelería es el principal foco.

También se han detectado bolsas preocupantes de falsos autónomos, es decir, trabajadores despedidos y luego contratados como autónomos sin que la actividad que realizan sean susceptible para ello. Además, son más los que han dejado de pagar las cuotas de la Seguridad Social y pagar el IVA pero mantienen la actividad.

Los sindicatos alertan de un rápido florecimiento del fraude, con la consecuente precariedad y desprotección social que genera. "En momentos de crisis se sabe que aumenta la actividad irregular y su incidencia está bastante relacionada con el nivel de paro que haya en la zona", según reconoce la inspectora jefe de la Inspección de Trabajo en la provincia de Cádiz, Josefina Galindo.

Y es que, no en vano, la renta familiar caerá por primera vez en quince años con un 2,3% en términos reales, considerando la inflación, según entidades como Caixa Cataluña.

Pasión por el funcionariado

El paro ha crecido, casi simultáneamente crece el interés, por ejemplo, entre los estudiantes a la carrera funcionarial, empleo seguro como los cuerpos de Seguridad y el Ejército. El mayor boom se ha dado en la Policía Nacional. Hay 58.428 solicitudes para cubrir las 1.946 plazas convocadas para toda España este año (en 2008 fueron 52.889 para 5.000).

Es decir, treinta personas tendrán que pelear por un hueco en este servicio, el triple que el año pasado. Hasta el sector penitenciario está despertando cada vez más interés: 16.790 personas quieren entrar en la cárcel para ocupar los 1.123 puestos ofertados en 2009. Cuatro de cada diez desempleados se plantea ahora mismo opositar, según un estudio de Adecco.

"Nos va bien, al menos son muchos quienes se dirigen a nosotros informándose sobre las distintas oposiciones, tenemos más alumnos, pero otros muchos optan por prepararse libremente en casa o por academias on line", explica Jesús Martínez, director de estudios del CIF, que ha visto aumentar las matriculaciones en un 5%.

Sin embargo, otros como a Master-D, una de las empresas líderes en el sector, afirma que han crecido un 25%. No obstante, este año la oferta de empleo público de la Administración central está siendo mucho menor que en ejercicios anteriores. Un 73% menos de plazas de agente de Hacienda o un 61% menos para Policía Nacional. Aunque hay una ligera tendencia al alza en la Administración autonómica o local.

Generación Lexatín

Los episodios de ansiedad se multiplican. Y también el uso de ansiolíticos. Cada vez son más las personas que acuden a su médico de cabecera pidiendo una solución a un estado de nerviosismo que no responde a una patología crónica sino a alteraciones aisladas por estrés laboral o familiar, miedo a perder el trabajo, desempleo o acumulación de deudas.

Y la situación económica actual, con pérdidas de trabajo, hipotecas e imposibilidad de afrontar situaciones que hace unos años se sobrellevaban sin problema, está ayudando a la proliferación de estos episodios. Y los ansiolíticos se recetan sin remedio: Tranxilium, Valium, Lexatín y Trankimazim, por ejemplo.

El estudio publicado hace unas semanas Diagnósticos y Prescripciones en Salud Mental, Atención Primaria e Incapacidad laboral, financiado por el Ministerio de Trabajo, denuncia que parte de la población recibe tratamiento con psicofármacos sin padecer enfermedades mentales y que, por ejemplo, el 64% de los facultativos utiliza antidepresivos para tratar procesos diferentes a la depresión.

En el centro de Salud de la Calle Segovia, en Madrid, uno de los médicos admite que sí, que los casos se le han multiplicado. "Lo que más se ve en las consultas es ansiedad y depresión, que tratamos con los fármacos indicados", explica no sin aclarar que en la medida de lo posible se evita su receta, optando por otras soluciones como tila, valeriana o reposo.

Hágalo usted mismo

Es una de las fórmulas, y los mensajes publicitarios, que están gobernando la crisis. Por ejemplo, una de sus víctimas es la peluquería, que han visto cómo pierde clientes. "Pues sí, se nota la crisis. ¿Dónde? Mire, está vacío. El tinte, por ejemplo, se lo echan en casa y lo compran en el supermercado", afirma Natalia, en una peluquería de la calle Mayor de Madrid.

?Nosotros somos bisex, pero ellos apenas entran. Aquí lo que funciona es la maquinilla o es la mujer o una hija quien emprende la tarea. Los precios han caído y se ahorra en atenciones. Ni café ni revistas. Pero tampoco hay que esperar mucho. "La mayoría sólo viene para ocasiones especiales", añade Natalia.

Y lo mismo ocurre para el maquillaje. Y lo mismo vale, el hágalo usted mismo, para revisiones del motor del coche, cambio de aceite, etc. Los talleres mecánicos tampoco levantan cabeza, ya que sólo llevamos el coche al taller lo imprescindible.

Sin embargo, las empresas de reparaciones (zapateros o de electrodomésticos) han notado cierta subida.Porque ahora lo que se trata es de estirar la vida de la ropa, zapatos o electrodomésticos. Lo mismo da. Y si hay que comprar se acude a empresas de low cost. El éxito de los portales de venta de billetes aéreos, compañías de telefonía, artículos deportivos, gimnasios... Y ahora también la moda. Además de los outlets y los descuentos en algunas firmas, la cadena de ropa Primark ha revolucionado el mercado con sus prendas a un máximo de 17 euros.

Prostíbulos a medio gas

Las víctimas de la crisis no sólo están en la construcción, automóviles, hostelería, turismo, metal, inmobiliarias... también en el negocio de la prostitución, otro de los sectores que está siendo engullido a marchas forzadas.

En el último año, según José Luis Roberto, secretario general de la Asociación Nacional de Empresarios de Locales de Alterne (Anela), "el volumen de beneficios ha bajado un 50%. Algunos clubes han dejado de cobrar la plaza de las chicas semanalmente y están optando por contratarlas entre tres y cuatro días porque la afluencia de clientes es mucho menor".

Por otro lado, el número de empleos directos -camareros, cocineros, empleadas de limpieza, personal de seguridad- "ha descendido de 60.000 a 20.000 porque no tenemos más remedio que recortar personal".

Según el Comité de Apoyo a las Trabajadoras del Sexo de Murcia (Cats), Nacho Pardo, "antes de entrar en recesión, las chicas sólo acudían a nosotros en casos de enfermedad o embarazo, ahora son familias enteras y las ayudas en alimentos se han disparado de forma alarmante". Por otro lado, pese a que el 95% son extranjeras, "el número de españolas que entran en el negocio va en aumento".

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