Guerra abierta en la industria mediática española. Apenas dos semanas después de que Prisa y Mediapro echarán por tierra su principio de acuerdo para fusionar sus negocios audiovisuales, los dos grupos vuelven a enzarse de nuevo en otra batalla sin cuartel, esta vez a consecuencia de la TDT de pago.
El consejero delegado de Prisa, Juan Luis Cebrián, desenterró el hacha de guerra al acusar al Ejecutivo de Zapatero de gobernar para los amigos, saltándose cualquier tipo de límite ético.
Tras denunciar "el abuso gubernamental" al aprobar la implantación del sistema de pago en la Televisión Digital Terrestre, Cebrián insiste en que "la verdadera urgencia para la aprobación del decreto ley es favorecer los intereses de una empresa cuyos propietarios están ligados por lazos de amistad al poder", algo que, en su opinión, ha sido sugerido incluso por aquellos que han aplaudido la medida.
Aunque no lo dijo abiertamente, el favorecido no es otro que Jaume Roures, presidente de Mediapro, la plataforma catalana que gracias a este decreto ley ha podido poner en marcha antes del comienzo de la liga su canal GolTV, que ofrecerá cada jornada tres partidos de Primera División, por 14,90 euros, con el IVA incluido, al mes.
Independencia mediática
Roures no hizo ayer ninguna tipo de declaración de forma oficial, pero tampoco hizo falta. Distintas fuentes próximas a Mediapro expresaron a elEconomista el fuerte malestar con las declaraciones de Cebrián, pidiendo a su competidor que se ocupe de sus problemas. "Prisa no es quién para hablar de independencia ideológica, después de haber sido durante muchos años el ojito derecho del PSOE. Habría que recordarle sus lazos con Felipe González y los favores que obtuvo a cambio?, explican estas fuentes.
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