Elecciones Francia 6 Mayo

Nicolas Sarkozy, la ambición obliga a la remontada

El actual presidente francés, Nicolas Sarkozy.

Superado en el primer asalto por el socialista François Hollande, el líder conservador, que cierra quinquenio con una impopularidad superior al 60%, deberá ahora hacer un esfuerzo titánico para remontar en un momento de turbulencias financieras internacionales que han desalojado del poder a otros muchos mandatarios.

Asido a su lema 'Francia fuerte', Sarkozy, de 57 años, pretende aún convencer a sus conciudadanos de que el país no se puede permitir alzar a un candidato sin experiencia y juega con esa baza para venderse como un líder sólido capaz de minimizar el impacto de la crisis.

Pese a este primer revés electoral, el presidente Sarkozy considerado un animal político y un hiperactivo monstruo mediático, se deja guiar por una ambición que le obliga a una lucha final que implica la remontada y que ha dado sus frutos durante sus últimos días de campaña, en un acercamiento a la derecha más firme. Su amenaza de suspender la aplicación del acuerdo de Schengen si no se reforma para reforzar el control de las fronteras y su endurecimiento de las políticas contra la inmigración ilegal así lo han reflejado. 

En este lustro, su sintonía con Merkel en la defensa de políticas de austeridad y recortes y su presencia en la primera línea de asuntos de política internacional, desde Siria hasta Libia, le han dado fuerza.

Austeridad contra el 'bling bling'

La austeridad defendida puertas afuera ha ido acompañada de cambios a nivel personal, con los que ha intentado borrar la imagen de presidente 'bling bling' que se dejaba ver demasiado junto a adinerados empresarios, algo que le identificó entre muchos como el jefe de Estado de los ricos.

En esta batalla, le acompaña la exmodelo y cantante Carla Bruni, con la que se casó en 2008 y con quien tuvo el pasado octubre a su cuarto hijo, una niña llamada Giulia, a la que se le ha evitado en todo lo posible su exposición mediática. Eso sí, la exmodelo se ha sumado a la imagen de sobriedad y se ha dejado ver en París durante la campaña electoral como una madre más, con ropa holgada y cómoda y sin maquillaje.

Un hipotético segundo mandato de Sarkozy pondría un broche de oro a la carrera de alguien que ha escalado todos los peldaños del poder francés, con un inicio en el municipio acomodado de Neuilly-su-Seine y el paso por diversos gabinetes ministeriales.

Su derrota definitiva reflejaría, sin embargo, que pese a sus advertencias de que el voto por Hollande colocará a Francia en la misma situación que Grecia o España, los franceses han optado por los vientos renovación que azuza el socialista.

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