
Entre catarsis financieras, planes de rescate y amistades terroristas, el tema de la inmigración ha pasado a un discreto segundo plano, tanto en la campaña presidencial como en trío de debates televisados entre el demócrata Barack Obama y el republicano John McCain.
Chung-Wha Hong, directora ejecutiva de la Coalición de Inmigrantes de Nueva York hizo un llamamiento urgente para que ambos candidatos se mojen y hablen abiertamente sobre este espinoso asunto. "Hemos tenido tres debates presidenciales y uno vicepresidencial y no se ha escuchado ni una sola palabra sobre la reforma migratoria", aseguró Hong.
Quizás, a vista de pájaro, tanto Obama como McCain han preferido no meterse en camisas de once varas y centrarse en embelesar al voto de los ciudadanos americanos, a quienes realmente les interesa salir a flote de la posible recesión que se cierne sobre la economía norteamericana. Sin embargo, aunque figuras políticas como el gobernador Bill Richardson hayan reconocido que el voto inmigrante carece de influencia, lo cierto es que la Universidad de Washington augura que un total de nueve millones de votantes latinos acudirán a las urnas el próximo 4 de noviembre, 1.4 millones más que en 2004.
Sin embargo, parece que el viraje de posiciones migratorias realizado por el candidato republicano, quien en su día apoyó una reforma de las leyes migratorias, ha dejado escapar el apoyo que muchos latinos concedieron al presdiente George Bush hace cuatro años. En un acto de conciliación con el ala conservadora del partido republicano, McCain decidió distanciarse de dicha reforma para promover en primera instancia un refortalecimiento de la seguridad en las fronteras estadounidenses.
La ausencia de debate sobre los temas migratorios parece estar favoreciendo a los demócratas. Según un sondeo realizado la semana pasada por Gallup, el 64 por ciento de los latinos con derecho a voto mostraron su apoyo por Obama, mientras que sólo el 26 por ciento se decantó por McCain.
Las asociaciones defensoras de los inmigrantes siguen insistiendo que ninguno de los candidatos ha abordado este asunto. Patrick Young, abogado del Centro Estadounidense para los Refugiados, criticó que "ninguno de los candidatos podrá presentar un verdadero plan sobre la inmigración si no consiguen apoyos durante la campaña" electoral.