Estados Unidos

Bush afirma que "toda la economía de EEUU está en peligro"

Una vez más, el presidente de Estados Unidos, George Bush, se dirigió a la nación en momentos nada halagüeños. Esta vez el mandatario no dudó en amedrentar a la población asegurando que "toda la economía de Estados Unidos está en peligro".

Con el miedo por bandera, Bush dijo entender "la preocupación y la frustración" de los ciudadanos y afirmó que se vio obligado a intervenir para "evitar el pánico financiero" y la "recesión", pero urgió la aprobación del plan de rescate financiero de 700.000 millones de dólares, porque "no actuar ahora les va a costar mucho más a los estadounidenses en el futuro".

Tras explicar lo más concisamente posible los capítulos de esta históricas crisis, el presidente norteamericano reconoció que "no llevar a cabo el plan de rescate les va a costar mucho más a los ciudadanos en el futuro".

"Ha habido una amplia pérdida de confianza, sistemas financieros que pueden cerrar. Si no hay una acccion del Congreso, puede haber colapsos de bancos, mayor caída en los mercados de valores y efectos negativos. No podemos dejar que esto suceda", explicó.

En una inteligente jugada política el presidente Bush invitó a los candidatos Barack Obama y John McCain a reunirse en la Casa Blanca para conversar sobre el plan de rescate financiero a Wall Street. Esta situación pone en un compromiso al candidato demócrata que no se mostró de acuerdo con la decisión de McCain de suspender la campaña para regresar a Washington.

Justo cuando el mandatario estadounidense comenzaba a levantar cabeza tras una aparente mejora de la situación en Irak, se ha topado con una crisis nacional que podría redefinir completamente su periplo por la Casa Blanca. Al fin y al cabo Bush apoya un rescate de proporciones históricas, ha respaldado la intervención federal en compañías públicas y pone en el disparadero el dinero de los contribuyentes.

Con este pastel, Bush no ha dudado en manifestar por activa y por pasiva que la situación podría ser aún peor "y lo será", ha amenazado desafiante en los últimos días si el Congreso no actua rapidamente para aprobar el plan de 700.000 millones de dólares.

El debate presidencial ¿nueva víctima de la crisis económica?

Si el nerviosismo en el Congreso trae de cabeza al secretario del Tesoro, Henry Paulson, y al presidente del Reserva Federal, Ben Bernanke, parece que la campaña electoral de Estados Unidos también sufre las consecuencias por la indecisión de los legisladores. En un sorprendente anuncio, el candidato republicano, John McCain, anunció ayer que suspenderá todos sus actos electorales a partir de hoy para centrar sus esfuerzos en dar soluciones a la crisis financiera que descarga sobre el país.

"Está claro que no existe un consenso para apoyar la propuesta de la administración. No creo que el plan presentado sobre la mesa vaya a ser aprobado tal y como está y nos estamos quedando sin tiempo", explicó.

Además dejó claro que "es el momento para que ambos partidos se unan para resolver este problema". "Debemos unirnos como americanos, no como demócratas y republicanos, hasta que demos solución a esta crisis", añadió. "Debemos mostrar algún tipo de patriotismo".

McCain puso de manifiesto la preocupación de los estadounidenses quienes se lamentan porque las divisiones partidistas han impedido que "Washington resuelva nuestros problemas nacionales, es momento de demostrar que Washington es capaz de liderar este país".

Por su parte, fuente cercanas a la campaña del candidato demócrata, Barack Obama, aseguró que el senador de Illinois no cree preciso la suspensión de la campaña ni tampoco el retraso del primer debate presidencial que tendrá lugar mañana viernes en la Universidad de Mississippi. Sin embargo, el equipo del senador confirmó que Obama y McCain trabajaron conjuntamente desde la mañana de ayer para emitir un comunicado conjunto sobre la delicada situación.

Los demócratas en el Congreso criticaron duramente la decisión de McCain afirmando que no fomentará el alcance de una decisión final en el Congreso y sólo desviará la atención. El senador Charles Schumer reconoció a la CNN que esta decisión era "extraña", además añadió que hasta la fecha no había escuchado ninguna propuesta por parte del senador de Arizona sobre el rescate.

Por su parte el líder demócrata en el senado, Harry Reid, aseguró que "no es necesario que ni Obama ni McCain vengan a Washington, de hecho es peligros distraer con política presidencial este proceso que pone en juego el futuro de la economía de nuestro país". Uno de los portavoces de McCain se lamentó de que Reid anteponía "la política partidista a los intereses de los norteamericanos".

Muchos apuntaron al sospechoso y estratégico movimiento del republicano McCain. El senador se convierte con la suspensión de campaña en el héroe en busca de la salvación económica del país mientras intenta retrasar el debate presidencial, que según su agenda podría ser sustituido por el de los vicepresidentes. Así, de paso, gana tiempo para preparar a Sarah Palin, la candidata conservadora a la vicepresidencia, que ayer demostró en una nueva entrevista con la cadena CBS, su nerviosismo y falta de esperiencia para lidiar con la prensa.

Durante una comparecencia ante la prensa, Obama reconoció que este es un momento de incertidumbre en el que hay que resolver como americanos, no como demócratas y republicanos, un problema americano. Tras la decisión de McCain el senador dejó claro que "estará en Washigton si su presencia es necesaria" pero apostilló que "los presidentes deben lidiar con más de un asunto a la vez y eso no es excusa para cancelar todo lo demás".

El senador contactó con McCain para trabajar en un comunicado conjunto alrededor de cuatro puntos básicos: la creación de un consejo independiente para manejar los fondos de ayuda, tratar a los ciudadanos que paguen impuestos como accionistas de las entidades rescatadas, ayudar a las personas que hayan sido desahuciadas y no pagar ni un dólar a los ejecutivos responsables de esta crisis.

Finalmente, el documento conjunto, de tan sólo tres párrafos, asegura que "es el momento de levantarnos por encima de cualquier política y por el bien del país"

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